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Leer y reflexionar

¿Un día triste o histórico?

¿Un día triste o histórico?

Cada vez se va acercando más la fecha que todos los amantes de la lectura esperan con ansia: el día de la muerte de Miguel de Cervantes, el 23 de abril de 1616. Cada año, y desde 1933, se celebraba en el madrileño paseo de Recoletos la llamada Feria del Libro. Durante mucho tiempo este día ha dado comienzo a esta bonita tradición en la que durante días vemos puestos llenos de libros, sin embargo, el día de su comienzo ha ido cambiando hasta que actualmente siempre se inaugura a finales del mes de mayo y se celebra en el parque del Retiro. Si bien es cierto que aunque la fecha y el lugar han ido cambiando, la ilusión de todos los lectores/as sigue viva y presente, pues es una fecha señalada del calendario en la que todos los lectores y autores se reúnen en este lugar para inundar las calles del enorme parque de la capital con casetas repletas de libros.

Durante 17 días este hermoso parque se llena de diversidad cultural. Muchos visitantes extranjeros deciden venir hasta nuestra ciudad esta semana exclusivamente para poder asistir a este evento en torno al libro, al que acuden todo tipo lectores/as, de distintas edades y con distintos intereses. Gracias a la Feria del Libro podemos encontrar todas aquellas lecturas que nos apasionan y a sus autores, escritores/as que tanto tiempo llevábamos queriendo conocer- Además, es un momento único para enriquecerse culturalmente y descubrir otros tipos de lectura que pueden gustarnos.

El día de la muerte de Cervantes no sólo da comienzo a la Feria del Libro, sino también a un evento al que acuden todos aquellos lectores que quieren volverse a deleitar con su obra más famosa, El Quijote. Este evento tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes en Madrid desde 1996 y consiste en la lectura completa del libro en la que todo aquel que quiera puede ir y leer un fragmento, pues se hacen turnos de lectura cada 10 minutos durante casi 48 horas, mientras el público asistente escucha y disfruta de una de las grandes obras de nuestra literatura.

Eva Domingo Lamela

Editor paisano

Editor paisano

Antonio de Sancha fue un famoso editor y encuadernador del siglo XVIII, considerado como uno de los mejores de su tiempo en esa profesión. Aunque los dos somos paisanos, pues ambos somos de Torija (Guadalajara), yo no lo supe hasta hace un par de años. Había escuchado hablar de los premios “Antonio de Sancha”, pero en un ningún momento pensé que podríamos pertenecer al mismo lugar.

Tras conocer la exposición que sobre su figura hay en el Centro de Interpretación Turístico de la Provincia de Guadalajara, ubicado en el Castillo de Torija, y leer la obra Antonio de Sancha. El gran editor de la Ilustración, de José Carlos Felipe Encabo, me tocó ponerme a resumir cuatro páginas de información, tras pelearme mucho y no saber cómo sintetizarla.  

Antonio de Sancha que fue un destacado librero, editor y mecenas español de la segunda mitad del siglo XVIII. Nació un 11 de julio de 1720 en Torija, y en 1739, con tan solo 19 años, se trasladó a Madrid, donde fijó su residencia y comenzó su carrera como aprendiz de librero. El primer contacto de Antonio Sancha con el mundo del libro fue a través de su vertiente comercial, y su relación con el mundo de la imprenta le llegó gracias a su matrimonio. Sancha se formó como encuadernador y se convirtió en el encuadernador de la Real Academia de la Historia en 1751, de la Real Academia Española en 1754, y de la Real Biblioteca en 1760. Más tarde, en 1778, se estableció como editor y abrió su propia imprenta en Madrid, donde editó numerosas obras clásicas, incluyendo las Novelas Ejemplares y Los Trabajos de Persiles y Sigismunda de Miguel de Cervantes. En 1790 Antonio de Sancha murió en Cádiz, dejando tras de sí una importante herencia cultural y literaria en nuestro país. Tras su muerte, su librería fue heredada por su hijo Gabriel de Sancha, quien hizo de este lugar un valioso centro cultural de la capital durante muchos años más.

La exposición que actualmente alberga el Castillo de Torija comienza mostrándonos el recorrido vital de Antonio de Sancha, desde su nacimiento en su Torija natal hasta su fallecimiento en Cádiz, pasando por su trayectoria profesional en la ciudad de Madrid, desde sus comienzos en el mundo del comercio de libros y, más tarde, como encuadernador, hasta la fundación de su propia librería. Pero además de Sancha, la exposición sobre su figura también nos descubre en el panel Mujeres Ilustres a una de las grandes editoras de la época, Manuela Contera Mañas, viuda del también editor Joaquín de Ibarra. Paisana y contemporánea de Antonio de Sancha, Manuel Contera Mañas nació en Torija y, al igual que Sancha, pronto marchó a Madrid, dónde se casó con el célebre Joaquín de Ibarra, impresor de la Cámara Real de la Real Academia de la Lengua y, durante los últimos meses de su vida, del Consejo de Indias. Cuando su marido falleció, ella se hizo cargo de la empresa, llegando a obtener el título de impresora de la Real Academia española.

Irene Padín Mangas

Ellas toman la pluma

Ellas toman la pluma

Los días 29, 30 y 31 de marzo han tenido lugar en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alcalá (UAH) las IV Jornadas Ellas toman la pluma. Escritura de mujer más allá de la nobleza, organizadas por el Grupo de Investigación de Textos para la Historia del Español (GITHE) del Departamento de Filología, Comunicación y Documentación de la UAH. Se han celebrado en modalidad híbrida, haciendo uso de las nuevas tecnologías que facilitan la comunicación desde lugares alejados del planeta, de manera que han contado con ponentes y asistentes que han compartido las aulas de la Facultad y otros/as que han intervenido a través de las pantallas, pero interactuando de manera síncrona.

En la cuarta edición de estas jornadas la temática ha girado en torno a textos escritos por mujeres de muy diversa índole, desde el ámbito religioso, literario o personal, permitiendo la revisión de muy distintos textos escritos por ellas, como algunos de ámbito culinario, libros de cuentas, memorias, anotaciones de carácter escolar, correspondencia en tiempos de guerra o cartas de mujeres migrantes, entre otros. El análisis de los textos se ha realizado desde los aspectos más externos, como los soportes que los han transmitido, la creación y justificación de su escritura, el ámbito de ejecución, el análisis de la grafía o los distintos niveles de la alfabetización femenina, hasta estudios discursivos y lingüísticos en profundidad.

Los ponentes han estudiado textos de diferentes épocas, desde Isabel I de Castilla hasta la actualidad; contextos, desde los escritos en el interior de un convento, a los del ámbito hispanoamericano; géneros y tipos, desde recetarios, cartas o documentos del ámbito notarial; hasta trasladar el lema de las Jornadas de “Ellas toman la pluma” a “Ellas toman el mouse”, como hizo Gabriela Mazzuchino en su ponencia sobre la escritura de las mujeres en Twitter, en la que analizaba los tuits escritos en torno al 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

La conferencia inaugural, impartida por el profesor Antonio Castillo Gómez, catedrático del Área de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Alcalá, bajo el título “Sabe leer y escribir un poco: alfabetismo, mujer y escritura cotidiana en la temprana Edad Moderna”, permitió contextualizar y presentar la desproporción en el acceso de las mujeres a la enseñanza de las primeras letras en una época en la que por cada cuatro maestros había tan solo una maestra; momento en el que las niñas solían aprender en escuelas de doncellas o “escuelas de amigas”, donde aprendían fundamentalmente labores, mientras que los niños accedían a contenidos académicos enfocados a su posterior profesionalización. La tipología textual de los escritos de mujeres en esta época se centraba especialmente en los libros de cuentas del negocio familiar, libros de memorias o cartas de distintos tipos, aunque ello no implicaba que fueran ellas quienes escribiesen necesariamente estos textos, pues en muchas ocasiones únicamente los firmaban. Destacó en su charla el profesor Castillo Gómez un texto de Fray Antonio de Espinosa de su obra Reglas de bien vivir muy provechosas (y aun necesarias) a la república christiana (Madrid, 1552), que refleja muy bien la moral de la época en lo que a la alfabetización femenina se refiere:

Si no fuere tu hija ilustre o persona a quien le sería muy feo no saber leer ni escrevir, no se lo muestres, porque corre gran peligro en las mugeres baxas o communes saberlo, assí para rescebir o embiar cartas a quien no deven como para abrir las de sus maridos, y saber otras escripturas o secretos que no es razón, a quien se inclina la flaqueza y curiosidad mujeril. Y assí como arriba te avisé que al hijo le amuestres a leer y escrevir, assí a la hija te lo viedo, porque cosas ay que son perfeción en el varón, como tener barvas que serían inperfeción en la mujer.

La diversidad de temas tratados en estos tres días de las Jornadas a propósito de la representación de la mujer en los textos escritos de diferentes épocas y tipologías reivindica la necesidad de seguir rastreando en las bibliotecas y archivos, en los fondos familiares privados, en las escrituras expuestas de nuestros espacios públicos o en las redes sociales de nuestros días documentación de todo tipo en la que quede presente el papel de la mujer en la sociedad a lo largo de los tiempos. Para dar respuesta a estos interrogantes, esperamos que, de cara a futuras ediciones, se sigan celebrando encuentros de este tipo, e invito a asistir a ellos a todas aquellas personas que estén interesadas en la influencia de la mujer en la historia y en la recuperación de su voz, de la de todas ellas, a través de sus propios escritos, así como aquellas deseosas de aprender de nuestro pasado de una forma diferente.

Beatriz Aceta Fernández

Tutorial para hacer papel reciclado

Tutorial para hacer papel reciclado

Antiguamente no era tan fácil conseguir un trozo de papel donde escribir. Los egipcios no podían ir a la papelería de la vuelta de la esquina a comprar folios, y por lo tanto, como es obvio, tenían que ingeniárselas, ¿no?

Papiros, pergaminos… En este breve tutorial tampoco es que estemos haciendo nada innovador, y tampoco es que sea algo necesario de hacer. Pero crear tu propio papel reciclado es una actividad lúdica, y que también nos puede servir para reutilizar los folios garabateados que tenemos por casa o los apuntes que ya no necesitamos. Además de poder hacer hojas de papel a nuestro antojo. No necesitamos cosas raras, nada de químicos. Usaremos productos naturales, aunque tal vez necesites comprar alguna cosa. Estos son los pasos a seguir para crear tu propio papel reciclado:

Paso 1. El bastidor.

Antes de nada, necesitaremos un bastidor. Podríamos comprar uno pero aquí os voy a enseñar cómo hacer uno de cero. Necesitaremos:

- Un marco de fotos del tamaño en el que deseemos nuestras hojas (vació, sin cristal, solo los listones de madera.

- Una red o rejilla metálica de agujeros pequeños.

Procedimiento:

Tomaremos el marco de fotos y lo uniremos a la rejilla metálica, podemos hacerlo con un pegamento resistente o ponerle cuatro clavitos. ¡Cuidado con los dedos! Tan fácil como esto, tenemos nuestro bastidor propio.

Paso 2. El papel reciclado.

Ahora sí, para elaborar nuestro papel reciclado necesitaremos:

- Cualquier tipo de papel que queramos reutilizar.

- Agua.

- Tela o sábana.

- Bastidor.

- Tijeras (o trituradora en caso de quien tenga).

- Batidora.

- Palangana o caja de plástico cuadrada grande (nos tiene que caber el bastidor).

- Tinte alimenticio (opcional).

- Flores secas (opcional).

Procedimiento:

1.- Tomaremos todo el papel que necesitaremos, ya se que lo hemos cortado con las tijeras o hemos conseguido los trocitos con la trituradora. Echamos tanto el papel como una cantidad considerable de agua en la palangana o caja que hayamos elegido.

2.- Una vez hemos echado el papel y el agua, tomaremos la batidora y empezaremos a hacer una especie de puré con el papel.

3.- Una vez conseguida la mezcla podemos añadir el tinte que deseemos, en caso de que queramos tintar el papel. Puede añadir ya las flores secas, pero en mi caso prefiero hacerlo en el paso siguiente.

4.- Meteremos el bastidor, y una vez lo sacamos nos desharemos del exceso de mezcla. Por encima, pondremos de manera opcional las flores secas y las hundiremos un poco con los dedos para que se unan a la mezcla sobre el bastidor.

5.- Con un rápido movimiento volcamos el bastidor sobre la tela o sábana elegida. Pondremos también tela por encima y nos aseguraremos de que absorba bien el agua. Puedes colocar algo de peso encima de estas para que tomen la forma y se sequen más rápido.

6.- Dejaremos secar al aire todas las hojas que hayamos conseguido por al menos 24 horas. Deberemos asegurarnos de que estén bien secas antes de separarlas de la tela con cuidado y poder empezar a escribir en ellas. Y con esto, ¡ya tenemos nuestro papel reciclado! Si te animas, podrías incluso coser con ellas tu propio códice. Ahora nos sentiremos como los antiguos, ¡escribiendo en nuestro papel fabricado manualmente!

Paula Expósito García

¿Por y para qué leemos?

¿Por y para qué leemos?

El término “leer” puede entenderse de muchas maneras, pero en su sentido más amplio, leer significa interpretar y comprender los mensajes escritos. Leer no es únicamente ser capaz de descodificar un texto, sino que también supone interactuar con él para poder comprenderlo, interpretarlo y reflexionar.

Todo lo que nos rodea es lectura, ahora mismo estás leyendo este texto, pero hace un rato estabas leyendo unas instrucciones o una nota en tu portal. Cuando leemos absorbemos información, quizás demasiada, pero por eso seleccionamos contenidos y desechamos aquellos que no nos parecen ni interesantes ni útiles.

No existe una razón biológica por la que empezásemos a leer, pero, por la necesidad de comunicarnos con otros, nos vimos en la obligación de crear distintos lenguajes, y con ella, la de hacer más eficaz y eficiente la comunicación.

La lectura es una de las piedras angulares para la adquisición de conocimiento y leemos porque lo necesitamos, porque somos seres sociales, formamos parte de un engranaje y no podemos explicarnos sin los demás.

Nadie nos puede prohibir leer, al igual que no nos pueden prohibir imaginar o pensar. La lectura nos mantiene vivos y conectados, nos hace sentir parte un todo, y es que la lectura estimula nuestra imaginación y creatividad.

Leemos casi sin darnos cuenta, en el móvil, en las pantallas, en las portadas de los periódicos o de las revistas. Leemos para evadirnos, para vivir otras vidas, para entender mejor la nuestra, para aprender cosas, para disfrutar, para matar el tiempo, en definitiva, para vivir.

“He buscado el sosiego en todas partes y sólo lo he encontrado sentado en un rincón apartado, con un libro entre las manos.” (Thomas de Kempis)

Paula Cals Guiserís

El autor frente a su obra: la política de cancelación

El autor frente a su obra: la política de cancelación

Rosa Montero: “Que lo quemen todo”, columna en El País, 19 de marzo de 2023: https://elpais.com/eps/2023-03-19/que-lo-quemen-todo.html

¿Debemos censurar obras pasadas que hoy en día sería impensable publicar? En mi opinión no, pues como afirma Rosa Montero, la autora de la columna de El País enlazada, “La censura convierte el pasado en una mentira”.

En el tema de nuestra asignatura sobre la lectura en la Alta Edad Media, estudiábamos cómo la Iglesia impuso todo su poder sobre los libros y la lectura, con el fin de ejercer el control total de las mismas. Tomando la censura de aquella época como muestra, vemos muy claro que de ese modo se negaba la realidad y se coartaba la libertad. Sin embargo, a día de hoy nos cuestionamos la necesidad de presentar en las aulas obras pasadas que hablen sobre temas de lo más polémicos actualmente y que, sin tomarlas como ejemplo literal, nos permitan por el contrario reflexionar sobre el avance de la cultura y la sociedad a lo largo de la historia.

Los libros, independientemente de su género, son historia. Y debemos leerlos con esa perspectiva.

Rosa Montero critica en su artículo a aquellos/as que se molestan por el uso de términos en obras pasadas como “gordo” o “negro”, incluso en un sentido literario. Y estoy de acuerdo con ella, pues creo que la censura va más allá, que también afecta a escritores que, sin reflejar determinados ideales en sus obras, son sin embargo tachados por su vida personal. Todo ello nos remite a la actual “política de cancelación”, un debate muy amplio sobre el que simplemente señalaré un ejemplo a título personal. Hace varios años que leí Un Hombre con Buena Suerte de Mariano Guindal; un libro que me ha acompañado los últimos años con mucho cariño, que he recomendado hasta la saciedad y que he usado como ejemplo de estilo de vida pero, por alguna razón, en ningún momento me había planteado indagar acerca de la vida de su autor, hasta hace dos meses. Con motivo de la realización del Taller Reflexivo I de la asignatura, y con la finalidad de hacerle llegar mi carta al escritor, me topé con un tweet suyo en el que el autor se mofaba, junto al político Marcos de Quintos, sobre la actual Ley Trans. Mariano Guindal criticaba que, si eso era posible, un joven también podría decir que se sentía viejo y así tener acceso a su pensión correspondiente. Me entristeció mucho leer sus palabras y en cierto modo, entró en mi “lista negra” de escritores.

Sin embargo, me parece injusto, pues considero que debemos (y por supuesto me incluyo en esta afirmación) entender cada obra y cada autor en su propio espacio y tiempo. La actualidad es cada vez más rápida e inmediata y todos podemos quedarnos atrás en un simple parpadeo.

Elena Sofío López

Palabras de ayer, recuerdos de hoy

Palabras de ayer, recuerdos de hoy

Alcalá de Henares, 6 de febrero de 2023

Estimada Irene:

Me llamo Ángela Tradacete y soy alumna del doble grado en Humanidades y Magisterio de Educación Primaria de la Universidad de Alcalá. Aunque no creo que sea la primera persona, ni tampoco la última, en enviarte una carta, podrás pensar qué remota razón ha llevado a una universitaria a mandarte esta misiva. Pues bien, se trata de un proyecto para una de mis asignaturas de este segundo cuatrimestre: Historia de la Lectura.

Igualmente, te preguntarás qué hacen unos estudiantes de grado enviando cartas a escritores cuando vivimos en un tiempo en el que hemos acortado distancias gracias a un solo clic. Un tiempo en el que la comunicación tiene como ingredientes principales un teclado y una pantalla, en lugar de un boli y un trozo de papel. Aunque ya las cartas no constituyen esa herramienta de comunicación que durante siglos y siglos permitió a millones de personas en todo el planeta estar en contacto, en la actualidad se les ha otorgado una nueva utilidad: ayudarnos a reconstruir el pasado.

Tal y como nos ha contado nuestra profesora, las cartas suponen un elemento fundamental para elaborar la Historia de la lectura. El propósito con el que eran enviadas no era otro que el de ser recibidas por alguien que diera sentido a todas aquellas palabras que contenían. Palabras de todo tipo y en todas las lenguas que, unidas, daban forma a los pensamientos más íntimos de las personas. En el papel volcaban todo aquello que querían decir, pero que la distancia les impedía hacerlo cara a cara. Y es precisamente eso lo que nos ayuda a imaginar sus vidas, sus costumbres, el contexto en el que les tocó vivir y que hoy supone objeto de estudio para nosotros. Por tanto, este proyecto constituye un homenaje, una manera de recuperar ese instrumento que tan útil fue en el pasado y al que le hemos dado una segunda vida.

Mientras escribo, trato de hacer un ejercicio de empatía al intentar ponerme en el lugar de esos millones de personas para los que las cartas eran el único medio de comunicación. Para todos aquellos que, durante siglos, esperaban con ansias, emoción y, en algunos casos, angustia, ese trozo de papel. Porque resulta increíble cómo algo tan pequeño, tan fácil de fabricar, podía llegar a ser determinante para la vida de hombres y mujeres. Pienso en aquellas cartas que evitaron guerras, que impidieron la muerte de inocentes; aquellas que contribuyeron a la paz, que favorecieron el reencuentro después de mucho tiempo; en aquellas que no eran portadoras de buenas noticias, que causaron dolor a quienes las leyeron; en aquellas que fueron enviadas con la esperanza de una respuesta que jamás llegó.

El infinito en un junco llegó a mis manos una calurosa tarde de julio, pero no lo hizo por casualidad. Entré expresamente a la librería a por un ejemplar del que disfrutar durante las vacaciones estivales. Fue mi profesora de Literatura primero, y mi profesor de Historia medieval después, quienes me recomendaron encarecidamente su lectura. Y tengo que decir que no me defraudó. Está escrito de una manera tan bonita…

Además de disfrutarlo, su lectura me hizo pensar no solo en el contenido del propio libro, sino también de asuntos más personales. El nacimiento de los libros me recordó mis propios comienzos con las letras. Para mí llevan el nombre de mi padre porque fue él quien me enseñó a leer cuando apenas contaba con cuatro años. Cada tarde nos sentábamos juntos en el sofá de casa y con unos libros rojos de LeoLeo trataba de enseñarme. No recuerdo bien cómo fue el proceso de aprendizaje, pero sí lo nerviosa que me ponía porque quería hacerlo bien. Igualmente me acuerdo de las palabras de mi madre diciéndome lo útil que me resultaría saber leer y lo poco que entendía yo aquella frase. Ahora, y con la perspectiva del tiempo, comprendo su significado: leer nos da acceso al conocimiento, que a su vez nos abre la puerta de la opinión y del pensamiento crítico, ese que nos impide ser fácilmente manipulables. Leer nos hace libres.

En un capítulo de libro, hablas de la relación con tu profesora de griego con la que me siento especialmente identificada. Para mí, la literatura en castellano comenzó con la voz de mi profesora Sonia, porque fue ella quien me presentó a Lorca o Machado y también es la responsable de que te conociéramos a ti. Durante el último año de Bachillerato, nos daba artículos tuyos o fragmentos del libro para que los analizásemos. Dices que cuánto tardamos en reconocer a quienes nos van a cambiar la vida, y qué verdad es. Nunca he visto a nadie dar literatura como ella, con esa pasión con la que hablaba de las diferentes obras que nos contagiaba a todos los que la escuchábamos. Ahora que estudio para ser profesora, ojalá parecerme un poquito a ella.

Después de dejar atrás aquella etapa quise seguir en contacto con ella, tal y como tú hiciste con tu profesora de griego. Le envío correos cada cierto tiempo a los que ella me respondía de manera escueta y genérica al principio, pero que poco a poco se han hecho cada vez más extensos. Espero sus respuestas con impaciencia e ilusión, la misma con la que nuestros antepasados esperaban las cartas de sus seres queridos.

Dicen que los textos y los libros existen si hay alguien que los lea. Así que confío en que esta carta que ahora escribo pueda llegar hasta ti, tu destinataria, para que pueda existir.

Un saludo,

Ángela Tradacete

Ser lector en el siglo XXI, ¿debate?

Ser lector en el siglo XXI, ¿debate?

Hace poco vi en el canal de Youtube TheBookLeo el video Is tiktok ruining reading? & the desire to be ‘a reader’ (https://www.youtube.com/watch?v=gu2Q1unqr7U). En su vídeo, la booktuber habla acerca del artículo de Barry Pierce, In the shallow world of BookTok, being ‘a reader’ is more important than actually reading (https://www.gq-magazine.co.uk/culture/article/booktok-tiktok-books-community), publicado en la revista GQ en febrero de 2023, donde se critica a los lectores actuales, la  mientras que TheBookLeo ofrece su propia opinión al respecto. Me pareció un debate muy interesante sobre los problemas que afectan a los lectores del siglo XXI, por lo que me animé a dar mi propia opinión.

El problema de TikTok

Se critica que la plataforma solo recomiende los mismos libros y la poca calidad de los mismos, llegando incluso a establecerse el género de “libros de Booktok”, es decir, libros adictivos, pero carentes de significado. En mi opinión, en el mundo de las redes sociales todo se mueve en base a tendencias; si un libro o una autora está de moda, lo vas a ver en todos los vídeos, pero en ningún momento la plataforma te obliga a leer los libros más “populares”, sino que tus preferencias son lo que finalmente van a hacer que el algoritmo de la aplicación te recomiende unos libros frente a otros. Mi opinión general es que no porque sean libros en tendencia en TikTok van a ser horribles, sino que, como todo, dependerá del libro en sí y de los gustos del lector/a. Si alguien considera que el tipo de libros que le son recomendados en TikTok no son de su gusto, está en todo su derecho de no leerlos y preferir, en su lugar, otro tipo de lecturas. Al fin y al cabo, considero que lo importante es que la gente lea, por lo que no deberíamos desprestigiar a nadie en base a sus gustos o preferencias lectoras, ya sean estas más o menos cultas.

Leer como estilo de vida

En su artículo, Barry Pierce centra su crítica hacia los creadores/as de contenido que se autodenominan “lectores/as” y que crean toda una estética en base a ello. Sus videos están llenos de estanterías blancas llenas de cientos de libros ordenados por color, libros llenos de anotaciones coloridas y delicadas con imágenes de preciosas portadas de sus publicaciones preferidas. En su artículo, Barry Pierce se muestra inquieto ante este fenómeno de romantización de la lectura, pues considera que hoy en día leer es algo secundario frente al estilo de vida expositivo donde se prioriza el aspecto sobre el contenido de cara a la cámara ante la que se está hablando.

Sin embargo, yo considero que esta romantización tiene su lado bueno y su lado malo. En su defensa, he de decir que no hay nada de malo en admirar la belleza de los libros y querer compartirlo con personas que también aman la lectura igual gracias al poder comunicativo de las redes sociales. Todos soñamos con tener una biblioteca en nuestra casa como la de La Bella y la Bestia. A pesar del placer estético que nos puedan proporcionar los libros, creo que lo importante es el acto de leer en sí mismo. No deberíamos preocuparnos por si nuestra librería es más bonita o no que la del vecino, sino por si nos gusta de verdad leer los libros que la componen. Tampoco veo nada de malo en identificarnos como lectores. Muchos de los lectores/as actuales somos jóvenes, y como tal, estamos buscando quiénes somos y qué nos apasiona en la vida. ¿Qué mejor que los libros para encontrar respuesta a este gran interrogante?

El consumismo masivo

En los canales de TikTok sobre lectura, lo habitual es que nos encontramos con vídeos en los que aparecen estanterías llenas de libros y personas abriendo paquetes tras paquetes con sus nuevas adquisiciones lectoras. Se crea así una acumulación de libros no leídos y que quizás no se lean nunca, que se tienen por el puro hecho de poseer. Por una parte, entiendo esta crítica a la compra y acumulación masiva, sin embargo, los coleccionistas de libros existen desde hace cientos de años, por lo que no creo que el problema sea de la generación actual de lectores/as. Creo que es menos perjudicial acumular libros que otros productos.

 

Lucía Cortés Cerdá

Entrevista a Tessa y Cometa

Entrevista a Tessa y Cometa

Tras el éxito de Renacer Antología Benéfica, Teresa Plaza García y Elena Nozal Moralejo (más conocidas en redes como Tessa y Cometa) presentaron a finales de diciembre de 2021 su nueva antología: Legado Antología Benéfica. Esta vez, todos los beneficios obtenidos se destinan a la ONG Grandes Amigos, una organización dedicada al acompañamiento de las personas mayores para evitar su aislamiento.

Legado Antología Benéfica reúne a 33 autores que han dado voz a 31 relatos, poemas y microrrelatos que comparten un mismo tema: las personas mayores. Además, la ilustradora kylukia ha participado también con la portada y 23 ilustraciones que acompañan los textos.

Hoy entrevistamos a las coordinadoras de esta antología:

1) Lo primero de todo, ¿de dónde sale la idea de crear esta antología? ¿Por qué las personas mayores?

Tessa: La verdad es que, tras el éxito de Renacer, no dudamos en hacer otra antología benéfica y ambas lo tuvimos claro: tenía que ser sobre las personas mayores por la importancia que tienen para nosotras.

Cometa: Ambas tenemos una relación muy cercana con nuestros abuelos, en gran medida han sido quienes han moldeado nuestra infancia y quienes no han dudado en legarnos sus recuerdos y consejos. Lo menos que podíamos hacer era dedicarles un libro.

2) ¿Qué es lo más difícil de sacar adelante un proyecto como este? ¿El hecho de que sea una antología autopublicada ha complicado las cosas?

Tessa: Yo creo que lo más difícil es sincronizar a todo el mundo. Hay que estar pendiente de muchas cosas y nosotras contamos mucho con los escritores para todo el proceso (aunque les tengamos preparadas sorpresas chachis). Que sea autopublicada es más complicado porque tienes que encargarte de todo: corrección, maquetación, edición de fotos, ilustraciones… Por suerte para nosotras, contamos con gente que nos apoya para hacerlo posible y es un gusto trabajar con ellas.

Cometa: Como dice Tessa, la organización en un proyecto como este siempre es clave. No solo hay que coordinar a gran cantidad de autores, sino también a las maravillosas personas que colaboran con nosotras para sacarlo adelante. Hay que establecer plazos para asegurar que todo se hace correctamente y llevar al día todo lo que necesitamos: ilustraciones, biografías, fotografías, correcciones, maquetación…

3) ¿Cómo llevasteis a cabo la selección de los autores?

Tessa: Lo primero que hicimos fue darles la posibilidad a las autoras de Renacer de participar también en esta. Tenían la opción de mandarlo y que nosotras lo valorásemos y entraban directamente o hacer el proceso como otro participante más. Después hicimos la selección normal en la que tenemos varios parámetros que vamos comparando y, al final, Cometa y yo nos reunimos y comparamos puntuaciones.

Cometa: Solemos valorar los textos siguiendo tres parámetros: originalidad de la historia, calidad y ortografía. De esta manera podemos poner una nota a cada texto y luego nos reunimos varias veces para discutirlos individualmente, hasta que elaboramos una lista definitiva de los textos seleccionados.

4) ¿Cómo ha sido el recibimiento del público? ¿Promocionar un proyecto así es difícil?

Tessa: La verdad es que ha sido muy bueno, aunque promocionar cualquier proyecto es difícil porque tienes que atraer a gente. Creo que en parte ha sido porque es algo diferente. Con las antologías benéficas siempre se piensa en enfermedades que se notan a simple vista, y la gente no suele pensar en las personas mayores o en la soledad que sufren.

Cometa: Sacar al mundo un libro siempre es un salto de fe. Nunca sabes si la promoción que has hecho ha funcionado de verdad hasta que empiezas a ver las ventas reales. Ambas antologías tuvieron una acogida brutal, llegando a ser número 1 en la categoría de antologías en Amazon. Lo más complicado es captar la atención de los lectores, nosotras intentamos diferenciarnos vinculando nuestro libro con un sentimiento: Renacer fue la superación de obstáculos y Legado, el amor a nuestro abuelos y personas mayores que nos rodean. Esta conexión hace que las personas se acuerden de la antología, pero, sobre todo, tengan el mismo apego que nosotras al libro.

5) ¿Por qué decidisteis donar todo lo recaudado a la ONG Grandes Amigos?

Tessa: Decidimos esa asociación tras hacer una búsqueda por internet y ver que eran súper transparentes con las cifras que manejaban y con qué hacían con el dinero. Además, son muy activos en redes sociales y se nota que lo hacen desde el corazón.

Cometa: Nos llamó la atención las iniciativas que llevan a cabo, su transparencia con sus voluntarios y que es fácil observar a dónde va destinado el dinero. Tienen una cercanía con las personas mayores y siempre abogan por ellos. Son increíbles y estamos súper contentas de poder colaborar con ellos.

6) ¿Qué ha sido lo más gratificante de Legado?

Tessa: Sin duda que los autores digan que ha sido una experiencia inolvidable y ver los lazos que han formado entre ellos.

Cometa: Encontrar a personas con una calidad humana y artística increíble siempre es un regalo. No es solo sacar un libro al mercado, sino las amistades que creamos gracias a ellos y la oportunidad de conocer gente única por el camino.

7) Vosotras también habéis participado como escritoras en esta antología. ¿Podéis contarnos un poco en qué se inspiran vuestros relatos?

Tessa: El arte de recordar está inspirado en todas las vivencias de mis abuelos, que quise reflejarlas. Además, siempre me han encantado los cementerios. Ojalá pudiera tener los mismos poderes que Luz, la verdad.

Cometa: Nunca olvidaré el sentimiento de vacío que sentí cuando falleció mi abuela. El vacío y soledad que golpeó a mi abuelo y cómo poco a poco volvió a llenarse de alegría con el apoyo de la familia día sí y día también. Quise plasmar ese dolor, pero también que las personas que nos dejan nunca lo hacen del todo y que nunca es tarde para lanzarse hacer cosas nuevas y si no que se lo digan a Isidro, el protagonista de La eternidad de los recuerdos.

 8) ¿Por qué elegisteis a kylukia como ilustradora? ¿Habíais trabajado antes con ella?

Tessa: Mi relación con ella es curiosa porque la conocí mientras trabajábamos en Primark. Ella siempre me hablaba de la pasión que tenía por ilustrar y yo siempre le decía lo mucho que me gustaba escribir. Cuando decidí sacar un libro con Cometa, no dudé en contactar a kylukia y pedirle el favor. Trabajó con nosotras en Renacer y la experiencia fue espectacular, como con Legado.

Cometa: Tuve la suerte de conocerla gracias a Renacer y con Legado se ha superado a sí misma. No solo crear una cubierta es un arduo trabajo, sino que no dudó en crear otras 23 ilustraciones a juego con ella.

9) Para finalizar, ¿cómo describiríais Legado en una frase o en una palabra?

Tessa: Vivencias.

Cometa: como dice su sinopsis: “Legado son todas las historias que escuchaste de tus abuelos, y las que no te quisieron contar”.

Legado Antología Benéfica se encuentra disponible en Amazon tanto en formato físico como digital.

María Peláez

Libros físicos versus audiolibros: ¿Cuál es mejor?

Libros físicos versus audiolibros: ¿Cuál es mejor?

Vivimos en una época en la que conviven libros en físico y audiolibros. Sin embargo, ¿cuál de los dos medios es superior? ¿Cuál es la mejor manera de consumir un libro? Comparemos los pros y los contras de los dos formatos para ver si uno se destaca por encima del otro.

Los beneficios e inconvenientes de los libros físicos

Empezando con los beneficios, la sensación de sostener un libro en tus manos es diferente a cualquier otra cosa. Sentir su peso, disfrutar de la portada y ese olor a libro nuevo (o viejo) realmente le da una ventaja sobre cualquier otro medio. Además, tener libros en físico te permite tener una biblioteca que no solo es una buena decoración, sino que también están a plena vista todo lo que has leído y planeas leer, cosa que dice mucho sobre ti. Otra ventaja es que no necesitas usar un dispositivo ni asegurarte de que esté cargado para poder leer. Además, a diferencia de los audiolibros sujetos a constantes cambios y ediciones por parte de los autores y empresas, una vez que poseas una copia de un libro no se le pueden producir cambios. Leer un libro en físico también conlleva beneficios médicos: reduce el tiempo frente a las pantallas y fomenta la relajación. Finalmente, a menudo puedes encontrar libros baratos o incluso gratis.  

Ahora bien, respecto a los inconvenientes, si bien es verdad que existen libros gratis o de segunda mano, lo cierto es que muchas veces pueden llegar a ser bastante caros. Además, se dañan fácilmente a diferencia de los audiolibros.  Otra desventaja es que ocupan espacio y son pesados, cosa que puede dificultar su almacenamiento y su lectura en determinados lugares. También son inconvenientes para disfrutar de la lectura antes de dormir, pues su necesidad de una luz estropea el ambiente oscuro. Por último pero no menos importante, no son buenos para el medio ambiente: gastar dinero en un libro de papel que mata árboles parece contraproducente cuando existen opciones mucho más ecológicas como los audiolibros.

Pros y contras de los audiolibros

La ventaja más grande que le encuentro a los audiolibros es que el único espacio que ocupan es en el dispositivo en el que se almacenan, lo que los hace extremadamente fáciles de mover, conservar y de leer en cualquier lugar. No presentan ningún tipo de inconveniente físico. Además, no es necesario permanecer inmóvil para disfrutarlos, pues no tienes que sostener el libro en tus manos. Esto abre la puerta a la multitarea. Otro factor es que muchas veces la lectura de libros grandes se hace menos intimidante; no solo porque no ves el grosor de la obra, sino también porque los audiolibros presentan la posibilidad de ajustar la velocidad: puedes reducir la velocidad o ampliarla según tu preferencia.

En cuanto a las deficiencias de los audiolibros, lo primordial es su dependencia de la batería pues cualquier dispositivo que uses necesita o bien tener la batería cargada o bien permanecer enchufado. Por no decir que la medida en que puedas disfrutar del libro depende mucho del narrador del libro, su voz y entonación, entre otras cosas. Si el narrador o narradores no se esfuerzan o su trabajo no es de tu agrado, es posible que dejes el libro por completo incluso si la trama te atrajo inicialmente, cosa que jamás ocurriría con un libro físico.

¿Es uno realmente mejor que el otro?

Tras esta breve reflexión, no considero que ninguno se destaque claramente sobre el otro. Se podría decir que la respuesta varía según la preferencia de cada persona. Aun así, no creo que sea necesario elegir uno de los dos medios pues es posible utilizar ambos. Siempre que se esté consumiendo un libro, el formato que te permite hacerlo no importa mucho.

Rebekah Evelynn Davis

Clubs de lectura. Leer, charlar y vincularse frente al productivismo.

Clubs de lectura. Leer, charlar y vincularse frente al productivismo.

Si pienso en un club de lectura pienso en mujeres que hablan alrededor de té o café sobre un libro que han elegido, que quizá les ha hecho pelearse para seleccionarlo, que les ha emocionado, aburrido, intrigado, enfadado o alegrado. Si pienso en un club de lectura pienso en lo cotidiano y lo atemporal que es hablar con tus amigas de aquello que te remueve y te renueva. Si pienso en un club de lectura pienso en luchar en medio de un productivismo salvaje por guardar espacios para leer, para charlar; para charlar de lo leído sin más pretensiones que eso: leer y charlar.

Esta visión de lo que es un club de lectura está, por supuesto, sesgada por mi tiempo y mi contexto. Si fuera un burgués del siglo dieciocho, o un obrero de comienzos del veinte posiblemente tendría imágenes muy distintas de qué o para qué es un club de lectura. Pero desde mi presente, mi género, mi edad y mi contexto, un club de lectura es la excusa perfecta para hacer de manera organizada lo que más nos gusta hacer de manera espontánea: hablar sobre aquello que nos importa (y, casi siempre, aquello que nos importa puede ser encontrado en un libro).

Las alumnas de Historia de la Lectura de este curso así lo pensaban cuando pidieron montar el Club de Lectura en el que hace unos meses nos embarcamos, y gracias a ellas, a su compromiso por crear espacios propios, bonitos y fructíferos en la universidad, es que nos encontramos a las puertas de la segunda sesión del Club de Lectura, que tendrá lugar mañana, día 21 de abril, en el aula 10 del Colegio de Málaga.

En la sesión anterior (que tuvo lugar el 30 de marzo y fue dirigida por el profesor Antonio Castillo) pudimos detenernos a observar Fahrenheit 451 desde nuestros ojos de chicas de en torno a 20 años. Hablamos sobre la diferencia de ritmos con respecto a la distopía que estamos acostumbradas a consumir, sobre la presencia de las redes sociales en nuestras vidas, sobre lo aterrador que es vivir dejando de lado los vínculos y los detalles y, sobre todo, hablamos de los libros como cemento para las relaciones, como herramienta para luchar contra el olvido y el egoísmo. Hablamos de libros, vínculos y personas que son (aunque no sabría especificar en qué orden) mis tres cosas favoritas.

Mañana volvemos a ponernos manos a la obra comentando 84, Charing Cross Road de Helene Hanff y podremos, o al menos así lo espero, seguir pensando y ensayando sobre qué tienen los libros que conectan de tal forma a las personas.

Eva Granados Sanz

ENTREVISTA AL PROFESOR ANTONIO CASTILLO GÓMEZ

ENTREVISTA AL PROFESOR ANTONIO CASTILLO GÓMEZ

Entrevista realizada al Prof. Dr. Antonio Castillo Gómez sobre su último libro El placer de los libros inútiles y otras lecturas en los Siglos de Oro (2018).

Antonio Castillo Gómez es Catedrático de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Alcalá, desde donde también dirige el Seminario Interdisciplinar de Estudios sobre Cultura Escrita (SIECE) y el Grupo de Investigación de Alto Rendimiento LEA (Lectura, Escritura y Alfabetización).

Entre sus publicaciones destacan Escrituras y escribientes: prácticas de la cultura escrita en una ciudad del Renacimiento (1997), Historia mínima del libro y de la lectura (2004), Entre la pluma y la pared: una historia social de la escritura en los Siglos de Oro (2006) y Leer y oír leer: estudios sobre la lectura en los Siglos de Oro (2016). Además, sus obras han sido traducidas a diferentes idiomas como el francés, el italiano, el inglés, el catalán o el portugués. Para conocer mejor sus publicaciones os remitimos a la Página Web del SIECE y DIALNET.  

A lo largo de su trayectoria ha recibido diferentes premios y distinciones, el último ha sido el Premio a la Excelencia Investigadora en Ciencias Humanas y Sociales concedido por la Universidad de Alcalá en el año 2020.

En primer lugar, profesor, ¿qué quiere expresar con la sentencia del título: “el placer de los libros inútiles”?

La idea de los “libros inútiles” la tomé de la obra De bene disponenda bibliotheca (Madrid, 1631), de Francisco de Araoz. Este texto se inscribe en el género de los libros sobre libros, muy de moda en aquellos tiempos. En ellos se prescribían las obras que debían componer la biblioteca de quien pretendiera ser considerado/a culto/a, al tiempo que se daban consejos sobre el modo de ordenarla conforme al valor que se asignaba entonces a las distintas materias. Para este autor y otros como él, entre las menos relevantes estaban las “historias fantásticas”, esto es, las obras de ficción y entretenimiento, que consideraba “inútiles” porque de ellas no se derivaba un saber práctico. No obstante, reconocía que podían servir para distraerse siempre que no fomentaran “ningún desenfreno”. Dado que el objeto de mi libro son las lecturas corrientes (desde las novelas de caballerías a las relaciones de sucesos, las gacetas o incluso los pasquines y los anuncios publicitarios), me pareció que dicha expresión venía como anillo al dedo.

 ¿Por qué cree que la obra del Quijote sirve como hilo conductor de diferentes pasajes que observamos en su obra?

El Quijote, además de otras muchas virtudes, ofrece un excelente fresco de la realidad que vivió Cervantes. Lo he utilizado en este libro, al igual que en otros de mis trabajos, porque contiene imágenes muy oportunas sobre usos y significados de la cultura escrita en los siglos XVI y XVII. Por un lado, como obra de ficción nos acerca principalmente a las representaciones del escrito, es decir, al papel que Cervantes asigna a la escritura y a la lectura o a la participación de estas en el desarrollo de la novela. Por otro, si contrastamos las numerosas referencias quijotescas con lo que sabemos por otro tipo de textos de la época o por la documentación de archivo, se percibe la utilidad que tiene la obra para conocer distintos aspectos de la cultura escrita en los Siglos de Oro. En el caso de la lectura nos desvela muchas maneras de efectuarla, desde la solitaria y ensimismada que practica Alonso Quijano a la comunitaria en voz alta de los segadores que se hospedaban en la venta de Juan Palomeque el Zurdo. Este pasaje, en concreto, ha sido estudiado por diversos autores y algunos lo han considerado inverosímil por el elevado analfabetismo de la época. Sin embargo, diversas investigaciones con fuentes de archivos, especialmente inquisitoriales, han mostrado su verosimilitud, pues está perfectamente documentado que la lectura en alta voz era bastante habitual. Además de una forma de distracción y sociabilidad, entre los analfabetos, como el mundo rural manchego que Cervantes retrata en el Quijote, sirvió para que pudieran conocer ciertas obras oyéndolas. Por eso, como he mostrado en otro de mis libros – Leer y oír leer. Ensayos sobre la lectura en los Siglos de Oro (2016) –, cuando tratamos de conocer cómo, qué, quiénes y dónde se leía en aquellos tiempos es necesario tener en cuenta esa diversidad de formas, espacios y sentidos de la lectura, desde su expresión erudita hasta otras modalidades más corrientes.

¿Por qué es importante la figura del pintor Antonio de Puga durante los Siglos de Oro? 

Su mayor o menor importancia es algo que deben sopesar los/as historiadores/as del arte. Personalmente me interesa porque algunos de sus cuadros se alejan de la norma dominante y manifiestan un interés por la vida cotidiana que no aparece en muchos pintores del Barroco español, muy deudores de la Contrarreforma. En el caso concreto del cuadro que reproduzco en el libro, Sopa de pobres, lo que me llamó la atención es el cartel que aparece pegado en el muro. Este detalle -un indicio, conforme a las tesis de Carlo Ginzburg -  permite ver que dichos productos de comunicación eran más normales de lo que pensamos, pese a que no se hayan conservado muchos ejemplares en archivos y bibliotecas. Esto último no debe sorprendemos pues hoy día sucede lo mismo con muchos carteles, panfletos y productos similares, sobre todo con aquellos que se distribuyen sin depósito legal.

 ¿Por qué son importantes los lectores callejeros durante los siglos XVI y XVII?

No se trata tanto de que sean importantes o no, sino que nos acercan a situaciones de lectura y a lectores que normalmente quedan en los márgenes de la historia y de la literatura. Cuando pensamos en la lectura tendemos a fijarnos más en la que se realiza sobre libros, en los lectores cultos y en formas de leer que acontecen en espacios cerrados, principalmente en el despacho personal o en la biblioteca. Al poner el foco en estas situaciones y en esos lectores olvidamos muchos otros textos que circulaban (y circulan) a diario por la calle. Por eso me detengo en este lugar, en las prácticas de lectura desarrolladas ahí y en las personas que de pronto escuchaban leer un bando de la autoridad, se paraban delante de un edicto o de un anuncio publicitario para leerlo o formaban corrillos donde se leían gacetas y relaciones con las noticias de actualidad (como si fueran los periódicos de hoy día) y hasta pasquines.

Durante toda la obra, explica en algunas ocasiones, que hay diferenciación entre la Historia de la lectura y la Historia de la literatura, pero ¿tienen alguna similitud entre ellas?

Hablo de diferencias porque, en mi opinión, la Historia de la Literatura se enfoca mucho a los autores, las obras, estilos y corrientes literarias establecidos por ciertos sectores académicos; pero muy a menudo se olvida de la lectura, que es uno de los fines principales, si no el principal, de todo texto, sea literario o no. Partiendo de esta idea mi propuesta es que la Historia de la Literatura y la Historia de la lectura deben confluir en mayor medida: primero, porque no podemos renunciar a quienes en cada momento dan verdadero sentido a los textos, es decir, a los lectores y a las lectoras; y segundo, porque debemos también considerar que la producción textual de cada época trasciende algunos de los textos que integran el patrimonio literario de nuestra cultura. Si el destino principal de un libro es ser leído, ¿por qué la Historia de la Literatura se olvida tan a menudo de la lectura y de los/as lectores/as? Recordemos a este respecto que Jorge Luis Borges presumía más de lo que había leído que de lo que había escrito, como afirmó en los primeros versos de su poema «Un lector» (Elogio de la sombra, 1969), verdadero testigo de su pasión por la lectura: «Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído». Algo de esto es lo que pretendo señalar cuando sostengo que la Historia de la Literatura no puede dar la espalda a la Historia de la lectura.

Por último, profesor, ¿cómo surgió la idea de escribir este libro?

En realidad, el hecho de escribirlo fue fruto del encargo que el Servicio de Publicaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (hoy Editorial CSIC) me hizo a finales de 2018 para que impartiera la conferencia del Día del libro de 2019. Al pensar en el tema inmediatamente quise enmarcarlo en los trabajos que vengo realizando desde hace unos años en torno a la cultura y la comunicación escrita en los Siglos de Oro. Por un lado, quise incidir en formas de leer y en textos ajenos a los cánones habituales en los estudios sobre el libro y la lectura, de ahí la atención a la circulación y apropiación de hojas sueltas y todo tipo de textos «menores» en la calle y en otros espacios similares. Y por otro, me interesó proceder de este modo porque así podía acercarme a la recepción y consumo de esos textos por parte de lectores y lectoras comunes, indagando expresamente en las clases subalternas, que son las que más interés me despiertan. Como historiador, entiendo que la Historia debe restituir las voces de todos y de todas con independencia de la edad, la clase social, la condición sexual o la etnia. Enfocarse en quienes han sufrido y sufren diferentes formas de marginación es casi una obligación frente a tantos otros estudios volcados en las elites. Incluso diría que puede ser un acto de justicia histórica e historiográfica.

Gracias, profesor.

Entrevista realizada por Alma Jaraiz.

EL RESURGIR DE LA LECTURA

EL RESURGIR DE LA LECTURA

El Ministerio de Cultura y Deporte hizo públicos hace un tiempo los resultados de una encuesta sobre hábitos de lectura en España: Encuesta sobre hábitos y prácticas culturales en España. En esta ocasión había especial interés en conocerlos por la excepcionalidad de nuestras vidas en tiempos de Covid-19. Los resultados han sido muy positivos, ya que parece que se ha leído más que en el sondeo anterior.

Antes de la cuarentena, a una gran parte de la población cuando se le preguntaba si le gustaba leer su respuesta era NO. Las explicaciones que se argumentaban, principalmente, era la falta de tiempo, de interés, y la preferencia por otros medios de entretenimiento, como ver una película o salir con los amigos, antes que poner la mano sobre un libro.

Hoy en día todos nos podemos permitir leer el libro que más nos guste, pero pienso que esa liberación ha provocado un gran alejamiento y rechazo hacia la lectura. En mi opinión, la educación tiene un papel fundamental para fomentar la lectura, aunque lo hace de una manera incorrecta porque tiende a imponer leer libros que, probablemente, a la mayoría de los niños y adolescentes no les llamen la atención. Pienso que cada mes se debería elegir un genero, y a partir de ahí, que cada uno sea libre de escoger el libro que le gustaría leer.

Pocas personas dedicaban un mínimo de tiempo a la lectura al día antes de la pandemia. Pero, de repente, llegó la cuarentena y la obligatoriedad de permanecer encerrados en casa, con todo el tiempo del mundo, sin escusas que poner y justo ahí, resurgió el gran interés hacia la lectura. Durante esos dos meses que tuvimos que estar en casa, muchas personas empezaron a dedicar su tiempo a la lectura como una manera de evadirse de lo que sucedía a su alrededor, y a partir de ese momento, surgió un nuevo boom en la lectura, con un nuevo público interesado.

La lectura aporta números beneficios, por ejemplo, aumenta la capacidad de la memoria gracias al desarrollo de la percepción y la concentración, mejora la capacidad de razonar, fomenta la imaginación, desarrolla y contribuye a perfeccionar la expresión oral y escrita…

Las prácticas de lectura han estado presentes prácticamente desde siempre, a pesar de sus múltiples transformaciones. Sin embargo, constantemente han tenido que suceder rebeliones, conflictos, luchas y situaciones poco deseables que recordaran la importancia de la lectura, sus beneficios, sus utilidades y sus potencialidades. Con esto quiero hacer un llamamiento a aquellas personas que no se aprovechan de la lectura y quiero animarlas a que dediquen un mínimo de su tiempo a leer, a coger un libro y sumergirse en él, para que puedan observar todos los aspectos positivos que ofrece.

Sabina Melisa Serediuc.

ESCRIBIR, LEER Y VIVIR EN EL RECUERDO

ESCRIBIR, LEER Y VIVIR EN EL RECUERDO

Todos conocemos a Ana Frank gracias a que escribió un diario que posteriormente fue titulado La casa de atrás en el que narraba sus vivencias durante la II Guerra Mundial y el Holocausto.  

Ella era judía y, por tanto, tuvo que esconderse muy pronto para intentar escapar a la persecución constante del regimen nazi. Pese a estar en unas circunstancias complicadas y siendo conocedora de sus escasas posibilidades para sobrevivir, seguía teniendo deseos a largo plazo. Ella quería convertirse en periodista y fue esta la razón que motivó que empezara a escribir, aunque poco a poco se convirtió en una necesidad: "Me parece que lo mejor de todo es que, lo que pienso y siento, al menos lo puedo escribir, de lo contrario, me asfixiaría completamente" (Ana Frank, 16 de marzo de 1944).

Aunque no tenía mucha esperanza en que fuese a tener éxito en su empresa y pensaba que quizás todo lo que estaba escribiendo en ese momento nunca se conocería: "Supongo que más adelante ni yo ni nadie tendrá algún interés en los exabruptos emocionales de una chiquilla de trece años. Pero eso en realidad poco importa. Tengo deseos de escribir y, ante todo, quiero sacarme algún peso del corazón" (Ana Frank, 20 de junio de 1942). Ojalá poder enseñarle hoy lo equivocada que estaba.

Además de escribir, ella leía, leía mucho. En el poco espacio que tenían en el hogar solían tener libros para uso y disfrute de toda la familia, pero como eran libros de contrabando no podían tener muchos, lo que les obligaba a releer los que ya tenían: "He leído Alegría de Estío por lo menos cuatro veces; y las situaciones burlescas siguen haciéndome reír" (Ana Frank, 21 de septiembre de 1942).

Pero no todos los libros eran para todos los miembros de la familia, los tres jóvenes de la casa estaban centrados en los libros escolares, para evitar ir atrasados en la escuela cuando volviesen a la normalidad, aunque también leían libros de entretenimiento, que eran escogidos por los adultos dependiendo de la edad del lector. Ana solía enfadarse porque la consideraban demasiado niña, y no dejaban que leyese los libros que leían los adultos: "Enseguida se mencionó el hecho de que casi todos los libros de los mayores me estaban vedados. Mamá lee en este momento, Heeren, Vrouwen en Knechten, pero a mí me lo han prohibido; primero tendré que madurar más, como mi «talentosa hermana», que ya leyó esa obra. Se ha hablado también de mi ignorancia; yo nada sé de filosofía ni de psicología. ¡Quizá sea menos ignorante el próximo año!" (Ana Frank, 21 de septiembre de 1942).

Es por esta razón por la que Ana Frank escribía y leía cada día, para que el resto de los adultos no la considerasen una ignorante. Ojalá aprendiésemos todos de ella y tuviésemos las mismas ganas de aprender y de vivir la vida como lo hizo ella: "No quiero haber vivido en vano, como la mayoría de la gente. Quiero ser útil, llevar alegría a los demás, incluso a los que no conozco. Quiero seguir viviendo, incluso después de la muerte" (Ana Frank, 5 de abril de 1944).

Carmen García-Miguel Hernández.

EL ENIGMA DE LA HABITACIÓN 622

EL ENIGMA DE LA HABITACIÓN 622

El enigma de la habitación 622 (Alfaguara, 2020) de Joël Dicker (Suiza, 1985) es una novela de suspense con matices de género negro que ha recibido numerosos premios, entre ellos el Premio Goncourt des Lycéens, el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, el Premio Lire, el Premio Qué Leer y el Premio San Clemente. En la actualidad, cuenta con alrededor de 9 millones de lectores y ha sido una de las claras tendencias del año 2020.

La narrativa utilizada por el Dicker usa el, siempre socorrido, recurso del escritor falto de ideas y motivación para adentrarnos en la investigación de un crimen ocurrido en un hotel de Ginebra unos años atrás al momento en el que se situa la novela.

La trama se nos muestra a través de saltos en el tiempo recurrentes, que nos convierten en testigos de primera mano de los diferentes acontecimientos que desencadenan en el trágico final, el asesinato. Al mismo tiempo de estas acciones, acompañamos también al escritor en su investigación. Dos puntos de vista que nos permiten como observador omnipresente ser conscientes de que, como suele ocurrir, no todo es lo que parece.

Más allá de la tensión creada por el suspense, los giros narrativos, los dobles sentidos y mal entendidos, que en algunos casos llegan a rozar cotas de comedia de enredo, podemos hallar en el trasfondo de la obra ciertas ideas fuerza, que pueden resonar con más o menos intensidad. Podríamos destacar el paradigma de que nunca es demasiado tarde para ser lo que uno realmente quiere ser, lo que incide en cómo las vocaciones, por muy ocultas que estén, llevan a una persona a desarrollar y elegir las actividades que marcan su vida y su personalidad. O también cómo se muestra la felicidad como objetivo y cómo esta difiere según las necesidades de cada personaje, mostrando también, por parte del autor, cómo es el viaje hacía esa felicidad y cómo esta suele no encontrarse en el lugar en el que los personajes creen que la van a encontrar, si no en el rincón exacto que consigue llenar los vacíos de cada uno, ya sean el amor, el reconocimiento, el respeto o la familia.

Lectura evasiva para quien sea aficionado al género, sin enormes grandilocuencias, con un lenguaje cercano y comprensible para el lector. El recurso principal de la obra es la trama y funciona por sí misma sin más aspiraciones. Altamente recomendable.

Daniel Díez Martín. 

AUTORAS INVISIBILIZADAS

AUTORAS INVISIBILIZADAS

Tú has nacido con una vocación: ser escritora. Desde siempre has tenido una pluma en la mano con la que das rienda suelta a tu imaginación, te sientes tú, sientes que es tu don o tu esencia, eso que te hace que seas tú misma. Además, todo el mundo alaba lo que haces porque de verdad has nacido para eso. ¿Por qué no dedicarte a esto? Escritores famosos reconocen todo tu talento y de verdad confías en ti misma. Pero algo está pasando y es que lo que haces no tiene repercusión, ya has publicado tu primera novela e incluso un poemario y uf… lo que ha costado. Compras los periódicos esperando que haya una crítica, algo que hable de tu obra, pero nunca aparece nada. Eres una escritora con talento, sin embargo, no acudes ni a ferias ni a presentaciones, tertulias… Pero es que aquellos que están triunfando solo hacen que alabar tu trabajo cada vez que publicas algo aunque son los mismos que no te nombran cuando recomiendan autores ni te dan un reconocimiento público, pero sí aparecen otros amigos suyos, ¿y tú, dónde estás? Quizás es que te están mintiendo, igual no eres tan talentosa y por eso te marginan así. Aun así, es que es tu pasión, no puedes rendirte así de fácil, es tu sueño y tienes lo que hace falta, será un bache. Lo seguirás haciendo hasta el día de tu muerte, es lo que te hace feliz. ¿Se estudiará algún día tus obras en las escuelas?

Esta es la historia de centenares de mujeres a lo largo de toda la historia. Mujeres con talento, pero inmersas en una historia hetero patriarcal que les ha dado la espalda. Generaciones tan talentosas como las Sin Sombrero, las escritoras y las artistas olvidadas de la Generación del 27. Esta generación es conocida por todos, aquellos grandes escritores que quisieron mezclar la tradición con los movimientos vanguardistas que se estaban produciendo, fueron los varones que se unieron en Sevilla en 1927 durante una conmemoración al poeta Luis de Góngora. Pero, ¿y las mujeres?, ¿acaso no había mujeres escritoras pertenecientes a esta generación?, ¿no hubo mujeres en esa reunión?

Las mujeres en esta época son las madres, las que tienen que parir y criar a una generación que tiene que devolver a España su grandeza y su posición de potencia mundial. Pero ellas ya no querían esto, las mujeres españolas ya se habían incorporado al mundo del trabajo y estaban influidas por el resto de mujeres europeas. Demandaban su derecho al voto y una igualdad laboral, cosa que caló en las mentes intelectuales, esa necesidad de reforma porque las mujeres querían dejar atrás ese papel "secundario" que se les había adjudicado. Durante la Segunda República española se consolidó un modelo de mujer fuerte y libre, un sujeto activo.

En esta revolución es donde nacen las Sin sombrero. Su nombre nace a raíz de que un día Maruja Mallo y Margarita Manso paseaban por Madrid junto a Dalí y Lorca y, al llegar a Puerta del Sol, decidieron quitarse el sombrero. Llevar sombrero en los años 20 significaba prestigio y clase, es decir, una distinción social. De hecho ir sin sombrero era de no privilegiados, de alguien indeseable. Llegaron a ser apedreadas e insultadas por rechazar el sombrero. Al final es una metáfora que refleja cómo rechazaron lo establecido y lucharon contra los dictámenes sociales que estaban ahogando a la sociedad española del momento.

Son las mujeres olvidadas que participaron en esta generación, que colaboraron a que se desarrollase esa nueva literatura de los años 20 en España. Por edad, por estética o por ideología coinciden con los integrantes hombres que sí conocemos. Sin embargo, no aparecen en los libros ni se les da el reconocimiento que merecen.

Ellas eran revolucionarias, solo por escribir o pintar ya estaban rompiendo con ese rol de mujer establecido, creando un modelo nuevo de mujer que defendieron durante toda su obra. Las Sin Sombrero llegaron a crear lazos de amistad entre ellas y se apoyaron unas a otras, colaboraban y se influían entre sí. También muy amigas de los hombres del 27. Muchas antes de la Guerra Civil llegaron a exponer sus obras y consiguieron publicar sus textos en revistas famosas de la época. Tras el conflicto, muchas tuvieron que marcharse al exilio donde se hizo mucho más complicado seguir con su obra artística e intelectual, aunque nunca la abandonarían del todo. Durante la Transición, se inició un lento proceso de recuperación de toda esa "cultura exiliada", muchas de las obras realizadas por varones fueron asimiladas y rescatadas mientras que las de ellas quedaron relegadas al olvido. 

Fueron mujeres valientes que llevaron sus principios hasta el extremo, sin miedo a lo que pasase. No tuvieron una vida fácil, como muchos otros, ellas también tuvieron que dejar atrás su amada España, una España que esperaban que progresara para conseguir igualdad y libertad, pero que se llenó de muerte, de retraso social y de nacionalismo falso. Vivieron como pudieron, pero sin dejar atrás sus sueños y recordándose lo que valían.

Ojalá las reediciones de sus obras como las de Rosa Chacel o de Concha Méndez se hubieran anunciado como las de Lorca o Alberti. Ojalá sus nombres algún día aparezcan en nuestros libros. Ojalá se genere una Historia de la lectura que nos incluya. Ojalá su lucha algún día tenga su fruto. Ojalá se deje de arrinconar a las mujeres escritoras.

En memoria de María Teresa León, escritora y la primera mujer en España en doctorarse en Filosofía y letras. Marga Gil Roësset, escultora e ilustradora. Maruja Mallo, pintora reconocida en Argentina y EE.UU. María Zambrano, filósofa y escritora, ganadora del Premio Príncipe de Asturias y Premio Cervantes. Rosa Cachel, escritora. Josefina de la Torre, escritora y actriz. Concha Méndez, poeta y editora. Ernestina de Champourcín, poeta. Margarita Manso, pintora… Por todas esas sin sombrero.

Ana Carrión Ramiro.

LA LECTURA COMO BASE DEL APRENDIZAJE

LA LECTURA COMO BASE DEL APRENDIZAJE

Creo que es de vital importancia hacer descubrir la lectura a los niños y niñas desde la infancia, el hábito de leer debe ser transformado en un pasatiempo principal en lugar de una obligación para que influya verdaderamente en las capacidades cognitivas de los niños y les ayude a afrontar su vida.

Por ello, la lectura es un elemento fundamental en el desarrollo cognitivo y emocional del aprendizaje de los niños. Debe ser enfocado desde las etapas más tempranas como un medio que nos ayuda a entender y explorar diferentes mundos. La importancia de adquirir el hábito de la lectura desde la infancia no solo reside en el aspecto cognitivo y académico, que no obstante es muy notable, puesto que implica una serie de ventajas en el desarrollo del niño: una mayor comprensión, una correcta ortografía, una fluida expresión…; sino que también implica una mayor libertad en la imaginación, lo que provoca que escale evolutivamente su capacidad creativa y sea, a su vez, mas consciente de sus propias emociones. Todo ello incrementa su aprendizaje activo, lo que desencadena en un fomento de su autonomía y en una implicación mayor en su proceso de aprendizaje.

Leer debe conllevar una interpretación personal de lo transmitido en el texto, deben surgir pensamientos, emociones y creencias que den la posibilidad de interpretar y asumir lo leído desde una perspectiva personal. Por esta razón, la lectura no solo sirve como objeto de adquisición de conocimientos y competencias, sino que también influye enormemente en el aprendizaje o construcción de la subjetividad de un niño, siendo así un pilar fundamental en la proporción de una base cultural y social de los mas jóvenes.

Ismael García Ruiz.

UN NUEVO CLÁSICO INSTANTÁNEO, PANZA DE BURRO

UN NUEVO CLÁSICO INSTANTÁNEO, PANZA DE BURRO

Se puede decir que empecé el 2021 con el corazón en un puño, había terminado de leer Panza de Burro (Barret, 2020) justo unos días antes. Como si el 2020 no nos hubiera dejado lo suficientemente indiferentes, decidí leer esta novela debut de la escritora tinerfeña Andrea Abreu (1995). 

No sé muy bien por dónde empezar ya que Panza de Burro no se parece absolutamente nada a cualquier libro que haya leído anteriormente. La trama es sencilla pero con un estilo arrollador que hace que se convierta en una novela complicada de describir, desde mi punto de vista.

Se trata de la historia de dos niñas de 10 años que comparten una amistad, a lo largo de la novela fui viendo como se reflejaban aspectos como la envidia, los celos, los primeros pasos de la infancia a la pre adolescencia, la aparición de los intereses sexuales. Estas dos niñas pasan su verano en un barrio obrero de Tenerife. No quisiera precipitarme, pero creo que la perspectiva desde la que un habitante de la península ibérica pueda imaginarse a dos niñas pasando el verano en Tenerife no tiene nada que ver con lo que realmente se descubre a medida que se lee la novela. La historia tiene un enfoque muy realista. En la propia lectura se intenta mostrar dos mundos opuestos, ese mundo paradisiaco de las Islas Canarias, el que todo el mundo imagina, y el mundo que hay detrás, el de los trabajadores.

Una de las niñas es Isora, ella es la “cabecilla” de esa amistad, un personaje al que realmente puedes llegar a admirar. La otra niña es la narradora de la historia, no sabemos su nombre real si no su nombre de pila “Shit”, el nombre de Shit se lo pone su propia amiga de forma despectiva. La novela recorre magistralmente todas las etapas de la amistad, incluídos momentos de encontronazo que reflejan las dificultades de cualquier relación.

Por otro lado, creo que lo que hace singular a esta novela es la narrativa. La autora no tiene ningún tipo de reparo en escribir coloquialmente, precisamente quiere mostrar la manera de hablar de los habitantes de un barrio obrero del norte de Tenerife. No obstante, esto no quita que la lectura no sea agradable.

A modo de conclusión, el libro me dejó el corazón hecho pedazos pero es precioso. El verano contado por la propia voz y los propios ojos de una de las niñas, el dinamismo del léxico y la ortografía canaria convertida en una lectura fonética, la reflexión de la identidad y de los valores de una niña que va dejando atrás su infancia, ver como esos valores están marcados por el entorno… Todo ello hace único este relato, que puede parecer sencillo pero creo que esconde una indagación bastante profunda de todos esos elementos mencionados. De la misma manera, pienso que puede haber  muchos lectores y lectoras que se pueden identificar con la novela, teniendo en cuenta que también es el reflejo de parte de una generación que ha crecido en condiciones bastante similares. Finalmente, el hecho de que la autora muestre la realidad tal y como es me parece un acto bastante puro y digno de apreciar en determinadas novelas como esta.

Es posible que este libro te deje sin aliento, pero si has llegado hasta aquí te recomiendo, por favor, que lo leas.

Inés Pérez Huerta.

POETA EN NUEVA YORK, OTRA VEZ

POETA EN NUEVA YORK, OTRA VEZ

Para la realización de esta pequeña entrada revisé aquellas que ya estaban publicadas en este blog, algo que debía hacer si o si debido a la cantidad de temas recurrentes que existen. Indagando me encontré con el post de una compañera que hablaba acerca de lo fácilmente extrapolable que es la historia acaecida en La Casa de Bernarda Alba, a lo que sigue siendo la España más profunda en nuestros tiempos.

Gracias a esto recordé dos cosas: había visitado Nueva York y siempre me había gustado Federico García Lorca. Tras mi visita a la ciudad, conseguí ver con un prisma diferente todo aquello que dice el autor en su obra Poeta en Nueva York, poemario escrito durante su estancia en la ciudad de los rascacielos durante 1929 y 1930. Cierto es que ni las situaciones de ambos (Lorca y yo) ni la situación del propio país en la actualidad es la misma que entonces, puesto que hace casi un siglo desde su producción y casi 90 años desde su publicación. Mi opinión sobre la ciudad aquí no es relevante, sino la de Federico, por lo que creo más oportuno centrarme en esta.

Creo que al conocer la situación previa de Lorca antes de su viaje a la ciudad, es fácil percibir que, quizás, no era el destino más adecuado para el poeta. El autor llegaba a la ciudad necesitando un cambio de aires, puesto que en nuestro país había dejado varios problemas sin resolver. La estancia de Lorca allí no fue cómoda, ni mucho menos (cabe recordar que estuvo menos de un año). En sus líneas sobre su vida en la ciudad se vislumbran dificultades que siguen estando presentes hoy en día. Sus primeras impresiones, igual que seguro a más visitantes del país les habrá ocurrido, muestran ya una profunda aversión contra todo lo que representa esa ciudad. Es una sensación que puede sentir cualquiera que vaya a día de hoy, pero con otros tintes. A lo largo de la obra, se puede reconocer a un autor totalmente arrollado, tanto por el ritmo como por esa niebla gris que la ciudad tiene como alma durante sus escritos. Muy alicaído, Lorca permite ver los entresijos de la sociedad americana apuntalada sobre el sistema capitalista, que acaba por convertirnos en seres alineados, dejando así escapar valores como la justicia, el amor, el arte… Valores sobre los que Lorca pensaba que se debía contruir una sociedad. Además, y como último ejemplo, también se hace eco en la obra del problema racial que existía en aquellos momentos en la ciudad, algo que, pese a la mejora en este grave problema, sigue siendo un problema palpable.

Para concluir, deseo hablar de Lorca como uno de aquellos escritores que decidieron echarse a un lado ante la rápida evolución y la incipiente globalización que el mundo vivió durante el siglo XX. Creyó que el modelo no era el correcto y a través de sus líneas podemos ver los pensamientos de una persona que no está de acuerdo con este nuevo sistema feroz y que nos permite dar perspectiva a las problemáticas de nuestra época.

Jorge Vaca González.

UN CLÁSICO ATEMPORAL

UN CLÁSICO ATEMPORAL

La Casa de Bernarda Alba es una de mis obras teatrales favoritas. Es un drama escrito por Federico García Lorca (1898-1936) que representa las diferentes visiones de la mujer de la España profunda en el año 1936. En mi opinión, el tema principal de la obra se esgrime entre la represión que impone Bernarda, la madre, a sus hijas, tras imponer un luto de ocho años al morir su segundo marido, y la anhelada libertad, que se representa sobre todo en el personaje de Adela, la hija menor.

La obra desmenuza lo que va ocurriendo en la casa de los Alba y la trama gira en torno al conflicto entre las hermanas por Pepe, el Romano. Un militante que al principio se interesaba por Adela, a quien iba a ver por las noches, pero al enterarse de que Angustias, la hermana mayor, había heredado una fortuna, cambió su parecer y decidió casarse con la hermana mayor. Todo esto trajo consigo las peleas entre Angustias, Adela y Martirio, acusada también por Adela de estar enamorada de Pepe, el Romano. La obra acaba con el trágico suicidio de Adela, al pensar que su enamorado había muerto por un disparo. Bernarda en ese momento solo grita la palabra “Silencio”. En esta última escena se representa el carácter de la madre, autoritaria, clasista y sin ningún tipo de tacto ante la muerte de su hija.

Durante la obra podemos ver un montón de elementos simbólicos, típicos de la obra lorquiana, que a cada persona le puede transmitir significados diferentes. Por ejemplo, para mí el bastón de mando de la madre significa autoridad, el vestido verde que se pone Adela en una escena y que representa la esperanza, el caballo de Pepe el Romano representa la sexualidad, la luna relacionada con las noches en las que Pepe el Romano iba a ver a Adela hace referencia a los amantes y el color negro de la ropa representa el luto o la muerte.

Un clásico de nuestra literatura que nunca está de más conocer y releer. 

Raquel Fernández Espinosa.