Ser lector en el siglo XXI, ¿debate?
Hace poco vi en el canal de Youtube TheBookLeo el video Is tiktok ruining reading? & the desire to be ‘a reader’ (https://www.youtube.com/watch?v=gu2Q1unqr7U). En su vídeo, la booktuber habla acerca del artículo de Barry Pierce, In the shallow world of BookTok, being ‘a reader’ is more important than actually reading (https://www.gq-magazine.co.uk/culture/article/booktok-tiktok-books-community), publicado en la revista GQ en febrero de 2023, donde se critica a los lectores actuales, la mientras que TheBookLeo ofrece su propia opinión al respecto. Me pareció un debate muy interesante sobre los problemas que afectan a los lectores del siglo XXI, por lo que me animé a dar mi propia opinión.
El problema de TikTok
Se critica que la plataforma solo recomiende los mismos libros y la poca calidad de los mismos, llegando incluso a establecerse el género de “libros de Booktok”, es decir, libros adictivos, pero carentes de significado. En mi opinión, en el mundo de las redes sociales todo se mueve en base a tendencias; si un libro o una autora está de moda, lo vas a ver en todos los vídeos, pero en ningún momento la plataforma te obliga a leer los libros más “populares”, sino que tus preferencias son lo que finalmente van a hacer que el algoritmo de la aplicación te recomiende unos libros frente a otros. Mi opinión general es que no porque sean libros en tendencia en TikTok van a ser horribles, sino que, como todo, dependerá del libro en sí y de los gustos del lector/a. Si alguien considera que el tipo de libros que le son recomendados en TikTok no son de su gusto, está en todo su derecho de no leerlos y preferir, en su lugar, otro tipo de lecturas. Al fin y al cabo, considero que lo importante es que la gente lea, por lo que no deberíamos desprestigiar a nadie en base a sus gustos o preferencias lectoras, ya sean estas más o menos cultas.
Leer como estilo de vida
En su artículo, Barry Pierce centra su crítica hacia los creadores/as de contenido que se autodenominan “lectores/as” y que crean toda una estética en base a ello. Sus videos están llenos de estanterías blancas llenas de cientos de libros ordenados por color, libros llenos de anotaciones coloridas y delicadas con imágenes de preciosas portadas de sus publicaciones preferidas. En su artículo, Barry Pierce se muestra inquieto ante este fenómeno de romantización de la lectura, pues considera que hoy en día leer es algo secundario frente al estilo de vida expositivo donde se prioriza el aspecto sobre el contenido de cara a la cámara ante la que se está hablando.
Sin embargo, yo considero que esta romantización tiene su lado bueno y su lado malo. En su defensa, he de decir que no hay nada de malo en admirar la belleza de los libros y querer compartirlo con personas que también aman la lectura igual gracias al poder comunicativo de las redes sociales. Todos soñamos con tener una biblioteca en nuestra casa como la de La Bella y la Bestia. A pesar del placer estético que nos puedan proporcionar los libros, creo que lo importante es el acto de leer en sí mismo. No deberíamos preocuparnos por si nuestra librería es más bonita o no que la del vecino, sino por si nos gusta de verdad leer los libros que la componen. Tampoco veo nada de malo en identificarnos como lectores. Muchos de los lectores/as actuales somos jóvenes, y como tal, estamos buscando quiénes somos y qué nos apasiona en la vida. ¿Qué mejor que los libros para encontrar respuesta a este gran interrogante?
El consumismo masivo
En los canales de TikTok sobre lectura, lo habitual es que nos encontramos con vídeos en los que aparecen estanterías llenas de libros y personas abriendo paquetes tras paquetes con sus nuevas adquisiciones lectoras. Se crea así una acumulación de libros no leídos y que quizás no se lean nunca, que se tienen por el puro hecho de poseer. Por una parte, entiendo esta crítica a la compra y acumulación masiva, sin embargo, los coleccionistas de libros existen desde hace cientos de años, por lo que no creo que el problema sea de la generación actual de lectores/as. Creo que es menos perjudicial acumular libros que otros productos.
Lucía Cortés Cerdá
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