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Leer y reflexionar

LA GENERACIÓN "Z" SÍ QUE LEE. SOBRE LA SUPUESTA PÉRDIDA DEL HÁBITO DE LECTURA EN LOS JÓVENES

LA GENERACIÓN "Z" SÍ QUE LEE. SOBRE LA SUPUESTA PÉRDIDA DEL HÁBITO DE LECTURA EN LOS JÓVENES

Durante mis años como lectora algo que no he parado de escuchar es cómo los jóvenes ya no tenemos interés en leer, porque las nuevas tecnologías se han llevado toda nuestra atención. He visto como mi generación, la llamada generación “Z”, era tachada de ignorante, de poco curiosa, de pasota y desinformada. Sin embargo, frente a esta lluvia de críticas, leyendo el otro día eldiario.es me encontré con una noticia de Mariona Jerez, titulada “La literatura tiene futuro entre la generación Z: Hay una comunidad enorme de lectores y escritores jóvenes”, respaldada por datos y estadísticas actuales, que nos muestra que un elevado porcentaje de la juventud (casi un 75% según el Informe de hábitos de lectura y compra de libros de la Federación de Gremios de Escritores de España) lee en su tiempo libre: https://www.eldiario.es/catalunya/literatura-futuro-generacion-z-hay-comunidad-enorme-lectores-escritores-jovenes_1_11303486.html

Como podemos ver, sí que hay, por tanto, un gran grupo lector joven en la actualidad, pero lo que pasa es que, a nosotros, los jóvenes, nos han intentado obligar a lo largo de nuestro proceso educativo a leer libros que no nos interesaban. ¿Alguien pensó alguna vez en preguntar a los niños y adolescentes qué querían leer? A más de uno le resultará familiar el momento en el que el o la docente entraba en clase y sin preguntar o explicar nada te mandaba de lectura obligatoria un libro que a ti como joven ni te iba ni te venía, propiciando que le cogieras animadversión al hecho mismo de leer.

Entonces, ¿qué leemos los jóvenes de hoy? Pues leemos de todo. Si bien es verdad que las novelas de fantasía o ciencia-ficción son, entre los adolescentes, las que más éxito tienen, muchos se sorprenderían al ver cómo los de tratados filosóficos o los libros de poesía se agotan con facilidad, porque también los compramos quienes se supone que no leemos. Leemos de todo porque elegimos qué leer, no hay una imposición. Si hay algo que caracteriza a la juventud es que no le gustan las imposiciones. Por ello lanzo desde aquí una propuesta muy fácil de llevar a las escuelas y centros escolares: en vez de que los y las docentes elijan los libros que su alumnado ha de leer, les pido que hablen con sus alumnos y alumnas sobre sus preocupaciones, intereses y sueños, y que, en función de ello, les ofrezcan una lista de libros que se ajusten a ellos, además de que, si corresponde, puedan aceptar propuestas de los propios estudiantes, que pueden ser igual de útiles e interesantes que las suyas.

Como conclusión final, quisiera decir que los grupos literarios que se generan en torno a las redes sociales, como Booktok o los Booktubers, son el foco donde miles de lectores, de edades parecidas, se juntan para discutir obras y sagas que han despertado en ellos pasiones. Son lugares, aunque virtuales, donde podemos ver a ese alto porcentaje del que habla el artículo de Mariona Jerez interactuando a partir de sus lecturas, y que demuestra que los jóvenes lectores estamos aquí, que sí que leemos y que, incluso, lo hacemos mucho más que nuestros padres. Con una mejora del ánimo a la lectura en la escuela, podemos llegar a ser todavía más los jóvenes lectores y asegurar que las generaciones venideras desarrollen un genuino interés por la lectura, manteniendo así vivo uno de los hábitos más bonitos y saludables que hemos desarrollado como sociedad a lo largo de nuestra milenaria historia.

Paula González Guerra

El movimiento Riot Grrl y los fanzines

El movimiento Riot Grrl y los fanzines

El movimiento Riot Grrl nace en la década de los 90. Es un movimiento feminista, punk y anticapitalista que surge gracias a varias jóvenes feministas en Estados Unidos.

Aunque el punk había nacido en los años 70, la música punk rock todavía estaba en pleno auge en los 90. El punk fue y es un movimiento contracultural que se caracteriza por su actitud desafiante ante distintos aspectos de la sociedad. Lucha por la igualdad y por la abolición de las jerarquías; es la identidad de la ira y la rebelión. Sin embargo, hay un tema que los cantantes y grupos punks, mayoritariamente formados por hombres, no se atrevieron a cuestionar: la desigualdad de género. Podría pensarse que, ya que la esencia de la filosofía punk es rebelarse contra el orden establecido, este iría de la mano del feminismo. No obstante, si hablamos de la escena musical, apenas se hacía mención de esta lucha, y tampoco se observaba gran esfuerzo por parte de los hombres para incluir a las mujeres que, como siempre, eran vistas como meras espectadoras.

Es en este contexto cuando, en los años 90, grupos de chicas jóvenes comienzan a organizarse para generar conciencia feminista, y son ellas mismas las que forman sus propios grupos de música punk para transmitir su mensaje. Toda esta actividad tuvo lugar gracias a un sentimiento de comunidad fuertemente vinculado al mundo de la cultura, pues actuaban desde la filosofía del DIY, una de sus principales señas de identidad (Do It Yourself = Hazlo tú mismo). Entre otras cosas, se creaban exposiciones de arte, clubs de lectura, reuniones de militancia política…Pero lo más importante para nosotras hoy es la relevancia que los fanzines tuvieron en este movimiento.

Un fanzine es una autopublicación de tema libre, en la que no existen la censura ni la presión de tener que apegarse a criterios específicos de las editoriales comerciales. Suelen ser revistas con tiraje limitado, a menudo publicadas con métodos de impresión económicos y rudimentarios, y son los/as creadores/as de los fanzines quiénes trabajan en todos los aspectos de la publicación: tanto en el diseño como en la distribución. El término “fanzine” proviene de los términos “fan” y “magazine” y está asociado a creaciones realizadas por entusiastas del arte, la música, la cultura… y a impresiones realizadas con el objetivo de difundir ideas políticas. Aunque el género de los fanzines apareció muchas décadas antes, a partir de los años sesenta comenzó a adoptar temas políticos y de protesta.

Los fanzines desempeñaron un papel fundamental en el movimiento Riot Grrl, pues es el medio que las chicas usaron para dejar por escrito sus ideas y difundirlas. Si reflexionamos sobre lo que hemos estudiado este año, creo que hay temas muy relevantes que podemos conectar con todo esto. Por ejemplo, sabemos que durante la mayor parte de la historia de la humanidad, la lectura de las mujeres estaba prohibida o controlada, ya que existía el miedo de que aprendiesen a pensar por sí mismas o de que la información del exterior generase ideas en ellas que fuesen en contra de los roles que se les habían asignado. También me parece importante el tema de la censura en la lectura, que ocurre desde los tiempos de Augusto y que sigue ocurriendo hoy en día. La existencia de la censura es una muestra de la conciencia del poder que tiene la palabra escrita, pues si surge la necesidad de censurar obras que desafían las ideologías establecidas, es porque se sabe que pueden generar y difundir pensamientos diferentes, de manera que los libros se convierten en armas peligrosas.

Creo que es esencial relacionar todo esto con el surgimiento de los nuevos lectores del siglo XIX y con la lectura militante de los proletarios, que crearon su propia cultura lectora e hicieron de la lectura una vía de formación para conseguir la emancipación de la ignorancia y de la dependencia. El punk feminista tuvo lugar en una época y en un contexto en que las mujeres tenían acceso a la palabra escrita y les fue posible propagar sus ideas y pensamientos. Es por todo esto que considero fundamental el papel de los fanzines en la historia del feminismo y de la lectura.

Laura Muñoz Félix

Top 3 libros que recomiendo para niños de Primaria, ESO y más allá (desde el punto de vista de una futura docente)

Top 3 libros que recomiendo para niños de Primaria, ESO y más allá (desde el punto de vista de una futura docente)

Este post está destinado a aquellos/as interesados en la labor docente y en la lectura infantil. Los libros son una herramienta pedagógica muy importante para la educación, con ella los niños/as (y no tan niños) desarrollan su imaginación, aprenden vocabulario, conocen el mundo que les rodea, les ayuda a su concentración y aumentan sus conocimientos y su cultura. Por todo ello, os voy a recomendar libros adecuados a distintas etapas del desarrollo infantil y que nos van a permitir acercar a los niños/as al maravilloso mundo de la lectura.

 

El principito, de Antoine de Saint-Exupéry

¿De qué trata El Principito?

Esta historia trata de un aviador que, durante un trayecto, sufre una avería y cae en un desierto, donde conoce a un niño, El principito, que dice ser de un planeta muy diminuto, el asteroide B-612. Poco a poco el niño narra diversas aventuras que ha ido viviendo a lo largo del universo, en las que conoce a personajes tan peculiares como el rey vanidoso, el hombre de negocios, el bebedor, el farolero y el geógrafo, pero en ninguno de esos planetas encuentra amigos como en la tierra.

¿Por qué recomiendo esta obra?

Es una obra que reflexiona acerca de valores como la amistad, el amor, la inocencia, la empatía… y además, es una obra que cuenta con distintas ilustraciones del propio autor que pueden llamar la atención de los más pequeños/as. Asimismo, fomenta la imaginación infantil y les enseña a valorar tanto las pequeñas cosas, como el gran mundo que les rodea. Por tanto, es una obra cargada de valores positivos, que no solo puede ser disfrutada por los niños/as, sino también por el resto de la familia.

¿A quién está destinada?

Esta obra está destinada a niños/as de a partir de los 10 años hasta la edad adulta, puesto que es una obra en la que hay algunas ideas que requieren de un cierto grado de madurez y de capacidad de reflexión.

 

Las venas de la Montaña Negra, de Alfredo Gómez Cerdá

¿De qué trata Las venas de la Montaña Negra?

Nuestros dos protagonistas, Nico y Marga, están en Machu Picchu cumpliendo uno de sus viajes soñados. Allí, encuentran a un niño aparentemente vagabundo llamado Eric Modesto recogiendo algunas monedas de los turistas. Poco a poco la pareja de amigos se interesa por la vida de este joven, lo que les llevará hasta una mafia que utiliza a niños para que trabajen en la mina.

¿Por qué recomiendo esta obra?

Es una obra que va a permitir a los niños/as descubrir y reflexionar acerca de las distintas realidades de nuestro mundo. Con él van a ver que no todos los niños/as están en su misma situación acomodada, por lo que van a ser más empáticos y valorarán en mayor medida su entorno.

¿A quién está destinada?

Es una obra sencilla de leer, aunque no se caracteriza especialmente por sus ilustraciones, debido a que cuenta más bien con pocas. He de añadir que es una obra que en cierta parte les va a acercar a la lectura más adulta, por tanto, la recomiendo a partir de los 11 o 13 años.

 

La cala del muerto, de Lauren St John

¿De qué trata La cala del muerto?

Laura, que es una adolescente huérfana que recibe la noticia de que por fin va a poder abandonar el orfanato e irse a vivir con su tío a Cornualles. Allí, dado que es una amante de los libros de espías, descubre que un niño del condado no tiene una situación fácil y que su tío realmente oculta algo.

¿Por qué recomiendo esta obra?

Es una obra cargada de valores como la amistad, aventura, protección de los derechos infantiles… Además, al igual que la anterior, esta obra va a permitir a los niños/as descubrir, desde el punto de vista de una niña muy curiosa, que no todos los niños/as están en la misma situación que ellos, y que los misterios no esconden siempre algo positivo.

¿A quién está destinada?

Esta obra está destinada a niños de entre 8 y 9 años, puesto que aún no es extremadamente adulta, pero se aleja poco a poco del género más infantil.

Espero que este post te haya gustado, y que valores estos libros como futuras opciones de lectura para tus pequeños y pequeñas.

Lucía Barrajón Cabrera

El desarrollo de la enseñanza de la lectura

El desarrollo de la enseñanza de la lectura

La historia de la lectura ha presentado cambios a lo largo de los siglos, evolucionando a la par que lo hacían los sistemas educativos y el aprendizaje de la lectura y de la escritura. En el pasado, la enseñanza en general, y en especial la de la lectura, se basaba en la repetición. Principalmente se enseñaba a memorizar palabras y su respectivo significado en lugar de diseccionarlas y enseñar a comprender. Hoy en día, se emplea para la alfabetización infantil el llamado método fonético, un sistema que permite que los/as estudiantes reconozcan los sonidos de las letras y sus posibles combinaciones. Para poder leer con fluidez es necesario que primero se comprenda lo que están leyendo, por lo que tener una base fonética es fundamental. De igual manera, la enseñanza de la lectura actualmente es explícita, por lo que se proporciona una instrucción clara y estructurada que se enfoca en los componentes críticos del lenguaje. Dentro de esto, incluimos la enseñanza de las habilidades necesarias para leer y comprender, como la identificación de palabras o la identificación y la comprensión del significado y de las estructuras de las oraciones y párrafos.

Hoy en día, la comprensión es fundamental, por lo que la enseñanza de la lectura se enfoca en ella. En el pasado, la lectura se basaba en la identificación de palabras, pero no es solo eso, sino que hay que comprender lo que estamos leyendo. Por lo que los maestros enfatizan en la importancia de enseñar estrategias de comprensión, como hacer inferencias, hacer conexiones entre lo que se lee y la experiencia del lector/a e identificar la estructura de un texto. Además, a través de esta comprensión estamos enseñando a tener criterio propio sobre lo que se está leyendo.

En este sentido, uno de los grandes avances de este proceso es la enseñanza diferenciada. Actualmente, la enseñanza de la lectura se adapta a las necesidades individuales de los/as estudiantes, de modo que los maestros/as están formados para disponer de estrategias que les habiliten a ajustar el contenido que deben impartir en función de su alumnado, para satisfacer así las necesidades específicas de cada uno/a de ellos/as. Dentro de estos recursos se puede incluir la proporción de instrucción adicional a los alumnos/as que lo necesiten o desafíos adicionales para motivarles.

En suma, considero que la enseñanza de la lectura ha evolucionado positivamente en los últimos años, destacando el desarrollo del método fonético, la comprensión, la enseñanza explícita y la diferenciada. Estos nuevos enfoques ayudan a los alumnos/as a desarrollar y mejorar sus bases para tener una capacidad lectora basada en la comprensión y no en la mera repetición.

Algunos recursos bibliográficos sobre el tema:

Gallego, M.: «Evolución de los métodos lecto-escritores (1970-2013)», Riuma: https://riuma.uma.es/xmlui/handle/10630/11555

«La enseñanza de la lectura. Cursos de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación», INEE: https://www.inee.edu.mx/wp-content/uploads/2019/01/P1C710.pdf

«El problema de la enseñanza de la lectura en educación primaria», Redalyc: https://www.redalyc.org/pdf/356/35631103015.pdf

 

Candela Pérez Rot

Entrevista a un profesional en Artes Gráficas tras la visita al Museo de Artes Gráficas de la Universidad de Alcalá

Entrevista a un profesional en Artes Gráficas tras la visita al Museo de Artes Gráficas de la Universidad de Alcalá

Tras la visita al museo de Artes Gráficas de Alcalá de Henares que realizamos con nuestros compañeros/as en el marco de la asignatura “Historia de la Lectura”, pensé que podría ser interesante entrevistar a mi padre, Felipe Monroy Márquez, ya que antes de su actual trabajo en el Boletín Oficial del Estado, había trabajado en algunos periódicos, en la sección de rotativas, en las que se utilizan imprentas como las que pudimos conocer durante nuestra visita.

Pregunta (P): Buenas tardes, Felipe, para este trabajo nos gustaría que nos contases algunas cosas sobre ti y tu experiencia con la imprenta. ¿En qué imprentas has trabajado? ¿Qué máquinas utilizabais?

Respuesta (R): Mientras cursaba los estudios de Artes Gráficas trabajé varios veranos haciendo suplencias por vacaciones en dos periódicos. El primero de ellos era el Diario Ya, que hoy ya no existe, y también en El País, uno de los periódicos más prestigiosos e importantes de España. Usábamos la rotativa de Koenig & Bauer que tenía tres pisos. (La de la foto de la entrada del blog).

P: ¿En qué consistía tu trabajo?

R: Para poder trabajar en estos periódicos se exigía tener la titulación o al menos tener conocimientos del mundo de las Artes Gráfica y como ya he dicho, yo estaba estudiando, por lo que no tuve problemas para entrar. Aún así, las labores que yo realizaba eran tareas auxiliares y muy básicas que no requerían de grandes conocimientos ni experiencia. Mis labores consistían en asistir a los oficiales y técnicos que se encargaban de que el periódico se reprodujera con calidad en cuanto a igual las cabezas –así se llama a los márgenes en imprenta–, igual el color de una máquina a otra y en función de la prueba de color de los anuncios aportada por el anunciante, etcétera.

Algunas tareas que tenía encomendadas eran: subir algunos ejemplares de los periódicos una vez que el jefe de rotativa les había dado el visto bueno y dejarlos en los despachos del jefe de redacción y del jefe de producción; en los cambios de edición recoger las planchas y llevarlas a rotativas para que se montarán en la rotativa; revisar que los bidones de tinta estuvieran llenos y hacer pedido al almacén si se estaban acabando; encargarme de preparar la limpieza para cuando se acabara la tirada del día…

P: ¿Cómo era trabajar con la imprenta?

R: Como ya he comentado, mis labores eran muy básicas. Aún así en los dos periódicos en los que trabajé todos y cada uno de los días no dejaba de sorprenderme de cómo una máquina de casi tres pisos de altura estaba perfectamente sincronizada para realizar un producto acabado como es un periódico. Para mí no era solo realizar un «producto más» pues considero que un periódico es un producto muy importante e imprescindible para las sociedades adelantadas y para el avance de las democracias y, en consecuencia, de la ciudadanía. Aunque mi trabajo estaba alejado de la parte intelectual de la redacción y del periodismo, me gustaba formar parte de ese proceso y que se materializase en un producto físico.

P: ¿Hubo alguna vez algún incidente?

R: Afortunadamente la tecnología ha avanzado mucho y la maquinaria que se utiliza en los talleres cuenta con sistemas de prevención de accidentes que evita que se produzcan accidentes o lesiones en los trabadores. Antes era muy común que las guillotinas que se utilizan para cortar el papel se llevasen por delante dos o tres falanges de los dedos de quienes trabajaban con ellas. Ahora la maquinaria es mucho más segura.

Aparte de esto, no como incidente, pero sí como anécdota, recuerdo que me tocó trabajar en El País la noche que lamentablemente Lady Di falleció en un accidente de coche. Fue un momento memorable de esos de «¡¡Paren las rotativas!!». Estuvimos varias horas parados hasta que la redacción recabó información y se pudo sacar un periódico actualizado. Ese día hubo varias ediciones y esto con los periódicos impresos es algo que sucede solo cuando una noticia es muy importante.

P: ¿Qué crees que supuso o qué ventajas tuvo la invención de la imprenta y de su uso en el siglo XX y XXI?

R: Para mí las Artes Gráficas no son un oficio más. Me parecen muy importantes porque tienen la capacidad de darle forma física y materializar el conocimiento humano. Además, tienen como valores fundamentales los conceptos de «reproducción» y «copia» que nos llevan al concepto de «divulgación». Gracias a esta divulgación las sociedades se hacen más ricas intelectualmente hablando.

P: ¿Qué evolución ha tenido la imprenta desde que has trabajado con ella? ¿Cuáles creen que has sido los cambios más importantes?

R: En cuanto a la parte tecnológica, la evolución ha sido muy grande. No solo en cuestiones de seguridad para los trabajadores, si no también en capacidad productiva: tiradas más rápidas, productos que salen de máquina prácticamente acabados…

Pero sí que hay dos cambios importantes que me gustaría mencionar. El primero de ellos es que hoy día las impresiones que se realizan son de tiradas más pequeñas, ya que impera el concepto de «impresión bajo demanda» y se realizan con tecnología digital ya que preparar una máquina es muy caro y solo sale rentable si es para realizar un elevado número de ejemplares. El otro cambio que me gustaría comentar, también ligado al primero, es el de la «inmediatez»: no para un libro u otro producto editorial, pero sí para la información, este concepto adquiere una gran relevancia, puesto que en este sentido, y más en la sociedad tan acelerada en la que vivimos, un periódico puede nacer ya anticuado cuando se produce su venta en los kioscos. En este sentido la imprenta no puede competir con la inmediatez de internet.

P: Muchas gracias por tu tiempo.

R: Para mí ha sido un placer.

 

María Monroy Márquez

Luna nueva, amor Shakesperiano contemporáneo

Luna nueva, amor Shakesperiano contemporáneo

A lo largo del tiempo, hemos visto cómo la lectura se ha ido extendiendo y abriéndose camino hacia nuevos públicos. Pero fue a partir del siglo XIX cuando la lectura experimentó una extensión social sin precedentes que afectó, especialmente, entre sus lectores a tres nuevos colectivos: las mujeres, los obreros y los niños/as. Este gran cambio fue posible gracias a diversos factores que facilitaron el acceso a los libros y a la lectura a nuevos públicos hasta ahora marginados entre los que quiero destacar la mecanización del arte de imprimir y el desarrollo de nuevas formas de comercializar libros.

Con la llegada del siglo XX, el libro se convirtió en un artículo cotidiano y accesible para todos. La popularización de la lectura vino de la mano, entre otras cosas, de la unión del libro con el cine y la televisión, donde podemos ver clásicos en sus versiones más actuales. Es por ello que hoy me gustaría hablaros de la relación que existe entre el libro llevado a la gran pantalla Luna Nueva, frente a la aclamada obra de Shakespeare Romeo y Julieta.

En primer lugar, en Romeo y Julieta el autor presenta el conflicto entre sus respectivas familias, los Montesco y los Capuleto, mientras que en ‘’Luna Nueva’’ se nos presenta un conflicto entre dos realidades; la humana, realidad de Bella, y la vampira, realidad de Edward. En ambas obras, los protagonistas rompen las reglas y se encuentran pese a que esté prohíbo. Otra similitud es el hecho de que se enamoran prácticamente a primera vista, de una manera casi incontrolable. Romeo y Julieta lo hacen en un baile organizado por la familia Capuleto, mientras que Bella y Edward lo hacen en el instituto, hecho que en realidad tiene lugar en la primera entrega de la saga, Crepúsculo.

Sin embargo, yo creo que paralelismo más evidente entre las dos historias es la voluntad de morir por el otro si este lo hiciera y, en el caso de Bella, llegar a morir por el otro con tal de que este no lo haga. Como leemos en la obra teatral Julieta, ante la oposición de su familia de casarse con Romeo, con la ayuda de Fray Lorenzo decide tomar una poción para fingir su muerte induciéndola en una especie de coma. Romeo, que no llegó a ser avisado de este plan, se suicidó ingiriendo veneno para morir a su lado. Al despertar del coma y ver la escena, Julieta termina con su vida atravesándose el corazón comuna daga.

Aunque esta trama no llega a ser del todo igual, pues en Luna Nueva los protagonistas no mueren, Edward, al creer que Bella se suicida -algo que vio su hermana Alice en una visión-, va ante los Vulturi (la monarquía que domina la sociedad de los vampiros en la saga) para que le dejen morir. Ante la negativa de su petición, Edward, incapaz de vivir sin Bella como Romeo sin su Julieta, piensa en exponerse ante los humanos, algo que haría que los Vulturi terminaran con su vida. Aunque finalmente esto no llega a suceder porque Bella aparece impidiendo que Edward se exponga, la incapacidad de vivir sin su amor está igualmente presente en las dos obras. Edward, ante el desconocimiento de que Bella sigue con vida y ante la idea de tener que vivir sin ella, prefiere poner fin a su vida. Como nuestro Romeo.

Por otro lado, tras su casi exposición ante los humanos, los Vulturi piensan en acabar con Edward por lo ocurrido y por haber contado su secreto a Bella (una humana), pero es en el momento que se va a producir su ejecución cuando Bella suplica que la maten a ella en lugar de a él. Vemos así que Bella daría literalmente su vida porque Edward conservara la suya. Como Romeo también sería capaz de morir por su amada.

Como podemos ver, aparte de que los clásicos no pasan de moda, tampoco paran de reinventarse.

Marina Pérez Calvo

¿Qué es un libro?

¿Qué es un libro?

¿Qué es un libro? Al leer esto más de uno pensará que la pregunta es una estupidez. La RAE lo define en su primera acepción como “Conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen”. Me imagino que tú, lector/a, que continúas leyendo esto, habrás pensado más o menos algo similar.

Sin embargo, con esta explicación nos quedamos únicamente en lo superficial, en lo de fuera, como si al hablar de una persona importante para nosotros/as, hiciéramos referencia exclusivamente a su físico. Porque, reconozcámoslo, los libros son importantes en nuestra vida y están muy presentes en ella, más de lo que alguno/a pueda llegar a imaginar.  

Para seguir desentrañando el significado de ese objeto que puebla los salones de las casas, las bibliotecas o las aulas, creo que es necesario reformular la pregunta inicial. En ocasiones, para obtener mejores respuestas es necesario cambiar las preguntas, así que me pregunto qué significan los libros para aquellas personas que los leemos, qué son para nosotros/as esos objetos que nos rodean. Creo que hay tantas respuestas posibles como personas en el mundo y todas ellas serían correctas, por lo que, humildemente, procedo a ofrecer la mía.

Pienso en los libros como un medio de transporte con el que poder viajar a otros lugares. A veces nos llevan a sitios que nos son próximos físicamente, mientras que otras nos llevan a espacios remotos que nos parecen inalcanzables. Puede que ya hayamos estado en ellos o que por el contrario nos gustaría visitarlos por primera vez. Los libros nos  permiten viajar a lugares reales o dar rienda suelta a la imaginación y entrar en nuevas dimensiones, en nuevos mundos que solo existen porque alguien los imaginó una vez y ahora tú también los imaginas. Cuántas veces hemos anhelado escapar y transportarnos a esas realidades carentes de verdad.

Y es que poder viajar con ellos también nos permite vivir otras vidas ajenas y diferentes a la nuestra. Los personajes nos llevan a experimentar situaciones de todo tipo: tristes, sorprendentes, agradables, extrañas… Situaciones, algunas de ellas extraordinarias, que vivimos a través de otras personas y que de otra manera no podríamos experimentar. Porque cuando leemos un libro podemos ser lo que nosotros queramos: policía, espía, ladrón,  cantante o poeta. Somos nosotros los que decimos quiénes queremos ser, en quién nos queremos convertir. De alguna manera es como soñar despiertos, pero pudiendo controlar aquello que soñamos.

Los libros son objetos que provocan emociones porque las palabras son tan poderosas que tienen la capacidad de remover todo lo que llevamos dentro. Pueden hacer que sea imposible contener las lágrimas; pueden provocar una risa que resuene en todas partes, que sea contagiosa, o resucitar sentimientos que creíamos exterminados; pueden convertirnos en niños de nuevo o hacer que perdamos la cabeza; pueden poner nuestro mundo patas arriba o hacer que volvamos a la casilla de salida.

Creo que los libros tienen un componente humano que nos hace tratarlos como personas. A veces los juzgamos por el exterior en lugar de detenernos a mirar adentro. Algunos nos gustan, otros simplemente no; algunos nos sorprenden, otros nos decepcionan. Con unos sentimos un flechazo nada más verlos, con otros nos lleva más tiempo establecer una conexión. En ocasiones nos cambian la vida, mientras que en otras pasan por nuestras manos sin dejar huella. Los libros forman parte de nuestra existencia al igual que las personas. Y como sucede con ellas, estos tienen un timing, un momento para aparecer en nuestra vida que a veces no es el adecuado. Pueden surgir en el momento justo y ser la cura que necesitamos o llegar en un instante equivocado, que nos hace tratarlos de una manera que no merecen.  

Esa parte humana se hace mucho más evidente cuando relacionamos ambas partes: libros y personas. Al igual que asociamos determinados momentos de nuestra vida con la gente que nos acompañó, cuando evocamos una lectura también recordamos a aquellos que nos rodeaban mientras la leíamos. Nos acordamos de aquel que nos recomendó el libro, la persona que nos acompañó a comprarlo, quien nos lo regaló; nos acordamos de quienes nos enseñaron a leer, los que con paciencia estuvieron a nuestro lado durante todo el proceso; nos acordamos de quienes nos empujaron a leer, de aquellos que nos hicieron amar la lectura.

A pesar de todo lo que provocan los libros en nosotros, creo que uno de los aspectos más importantes es que en sí mismos son un instrumento para alcanzar la libertad. Porque los libros  nos dan acceso al conocimiento y a su vez nos abren la puerta de la opinión, del pensamiento crítico, ese que nos impide ser fácilmente manipulables. Libertad y libros siempre han ido de la mano. Hace más de cuatro siglos Cervantes ya hablaba de ello a través de su querido don Quijote: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.” Así que sigamos leyendo, sigamos siendo libres.  

Ya sabes qué son los libros para mí. ¿Y para ti?

Ángela Tradacete Torresano

Ensayo nocturno de un humano herido: 3:38 a.m.

Ensayo nocturno de un humano herido: 3:38 a.m.

Todavía no entiendo, no comprendo cómo podemos estar así. El ser humano ha sabido adaptarse al medio y al cambio durante miles de millares de generaciones, nunca estancándose más allá de sus limitaciones tecnológicas y físicas. Supimos vivir y aprovechar la oportunidad que la gracia de lo que hoy llamamos ciencia nos ha otorgado. Aquellas miradas y sonrisas que los afables ancianos que no habían leído un libro me ofrecían cuando era muy pequeño, querían trasmitirme que veían en esa personita, una emergente y efímera oportunidad de vivir, sentir y crear, que con envidia sana les hacía rememorar los últimos recuerdos de los que se acordaban. Me atrevo a afirmar, que esas mismas facciones las han visto todas las generaciones que han pasado por esta nuestra historia, ya que es parte del ser humano ver crecer a las generaciones venideras, y aceptar la realidad de que el “κύκλος” (circulo/ ciclo) se acaba completando, en ese rasgo que la tecnología todavía no ha alcanzado.

Fuimos capaces de en vez de querer ver progresar al siguiente humano y ofrecerle todo el aprendizaje que una persona podía almacenar mental y manualmente, crear un sistema de reproducción de conceptos, a través de grafías, y mediante diferentes soportes. Llegamos a entenderlo, utilizarlo y prosperar como nunca. Realizamos las progresiones que jamás se habían podido hacer, gracias al descubrimiento de la escritura y el desciframiento de la misma llamado lectura pudimos perpetuar los aprendizajes de todos para todos.

Sin embargo, los diferentes tipos de gobernantes a lo largo de la historia han tenido en común que, si querían someter a una población, era más fácil y eficaz el calcinar su identidad, historia escrita y últimos avances como sociedad, mediante algo tan paradójicamente prehistórico como el fuego. La misma herramienta que nos dio cobijo, se ha llevado consigo la biblioteca de Alejandría, centenares de libros “herejes”, la biblioteca de Bagdad, manuscritos nazarís, códices mayas, vidas ilustres y anónimas, vidas y saberes ahora inenarrables.

Tras la última gran democratización del libro en el siglo pasado, por fin, se acercó todo el saber conocido a nuestras palmas de las manos, pero no hemos sabido aprovecharlo, en parte, por las dichosas revoluciones digitales dirigidas a la cultura del “fast food”. En un mundo cada vez más globalizado donde la cultura ya no reina, creemos que por tener un contenido extensivo, somos capaces de sintetizarlo y comprenderlo correctamente. Nos han hecho creer que lo tenemos todo, cuando en realidad, ¿sí lo tenemos? Al parecer sí, sin embargo, es mejor para las élites hacer promoción del ruido aturdidor de masas, que del silencio para la lectura reflexiva.

A día de hoy, no somos capaces de despertar esa capacidad de resiliencia que habita en cada uno de nosotros/as, y, aunque siempre hay excepciones, sigue gobernando El Arte de la Guerra. De esta manera, los diferentes regentes miran con curiosidad cómo estamos siendo quemados lentamente, nosotros/as y nuestros libros.

Es por este motivo es por lo que tenemos que querer salir de la norma monótona impuesta y progresar, sentir, curiosear, preguntar, crear, escribir, pensar, amar, sonreír, y en un futuro, cuando estemos conformes con nuestros actos en vida, mirar con envidia sana y orgullo a las generaciones venideras. Sin embargo, gracias a la oportunidad que poseemos de vivir en este siglo y estar alfabetizados en gran medida, tenemos que inculcar El Arte de la Lectura, sabiendo que ahí comienza el verdadero desarrollo de la Humanidad.

Aarón López Cuevas

La lectura en la cotidianeidad

La lectura en la cotidianeidad

En la sociedad actual, llena de frenesí y ritmos vertiginosos, la lectura se devalúa. A pesar de las últimas estadísticas, que afirman un aumento de lectores, realmente no reflejan esa culturización social. El libro y el hábito de leer se ha convertido en un elemento más al servicio del puro consumismo, de nuestra sociedad capitalista. Las editoriales publican libros tras libros, edición tras edición, sin parar a analizar el qué se publica. El último best-seller, libros de recetas culinarias, libros de autoayuda… se cae en ese consumismo voraz y sistemático a los modos de vida del ser humano, en el que buscamos en la lectura las respuestas a nuestro modo de vida. Incluso se está volviendo a reinterpretar el estoicismo como consecuencia de la vida frenética en la que nos encontramos, dando falsas esperanzas al ser humano de adaptarse a estos tiempos. Pon tu mejor cara, sé indiferente a las condiciones humanas en las que estás sometido.

La lectura como actividad secundaria aumenta. Mientras vamos en el autobús, mientras esperamos en la sala de espera del médico, mientras descansamos y desconectamos del día tras llegar del trabajo… Pero la comunión con la lectura se ha perdido. El ser humano no tiene tiempo para dedicarse a la lectura. El cine, la prensa, la música… se ven abocadas a este mismo sistema de vida humana. La última superproducción de la industria cinematográfica, el último sencillo del artista de turno, el último artículo publicado por el periodista oportuno; todo está supeditado a las características de nuestras vidas. La película medida en los minutos necesarios, el artículo con las palabras justas, la canción con la duración exacta; todo forma parte de un círculo de consumismo sistemático.

Aporto este fragmento del libro que estoy leyendo actualmente, El arte de amar, del filósofo y psicólogo Erich Fromm, que analizaba esta misma situación allá por 1959. Poco, o más bien nada, ha cambiado:

“Además de la conformidad como forma de aliviar la angustia que surge de la separatidad, debemos considerar otro factor de la vida contemporánea: el papel de la rutina en el trabajo y en el placer. El hombre se convierte en “ocho horas de trabajo”, forma parte de la fuerza laboral, de la fuerza burocrática de empleados y empresarios. Tiene muy poca iniciativa, sus tareas están prescritas por la organización del trabajo; incluso hay muy poca diferencia entre los que están en los peldaños inferiores de la escala y los que han llegado más arriba. Aun los sentimientos están prescritos: alegría, tolerancia, responsabilidad, ambición y habilidad para llevarse bien con todo el mundo sin inconvenientes. Las diversiones están rutinizadas de forma similar, aunque no tan drástica. Los clubs del libro seleccionan el material de lectura; los dueños de cinematógrafos y salas de espectáculos, las películas, y pagan, además, la propaganda respectiva; el resto también es uniforme: el paseo en auto del domingo, la sesión de televisión, la partida de naipes, las reuniones sociales. Desde el nacimiento hasta la muerte, de lunes a lunes, de la mañana a la noche: todas las actividades están rutinizadas y prefabricadas. ¿Cómo puede un hombre preso en esa red de actividades rutinarias recordar que es un hombre, un individuo único, al que sólo le ha sido otorgada una única oportunidad de vivir, con esperanzas y desilusiones, con dolor y temor, con el anhelo de amar y el miedo a la nada y a la separatidad? [...] “Todo el mundo es feliz hoy en día”. La felicidad del hombre moderno consiste en “divertirse”. Divertirse significa la satisfacción de consumir y asimilar artículos, espectáculos, comida, bebidas, cigarrillos, gente, conferencias, libros, películas; todo se consume, se traga. [..] Nuestro carácter está equipado para intercambiar y recibir, para traficar y consumir; todo, tanto los objetos materiales como los espirituales, se convierten en objeto de intercambio y de consumo.”

Diego Sánchez-Horneros Pérez

Los libros de Vanessa

Los libros de Vanessa

El día 7 de abril el Diario.es publicó una noticia que me pareció bastante llamativa: el poeta urbano de Carabanchel, Vanessa Neorrabioso, regalaba 12.000 libros por una mudanza. Tras leer el titular, mi curiosidad me empujó a conocer algo más acercar del protagonista de tan curiosa información. Vanessa Neorrabioso es de origen vizcaíno, reside desde hace 16 años en un piso alquilado en Madrid, concretamente en una cuarta planta sin ascensor, vive solo con la compañía de sus libros y sus gatos y trabaja de conserje nocturno, lo que le permite leer toda la noche (asegura leer unos 300 libros al año). Por un lado, es un escritor que publica una mezcla de pensamientos, poesía y política en las redes sociales, y por otro se le conoce sobre todo por utilizar como soporte de sus textos las fachadas y contenedores de basura de la ciudad de Madrid. Cuando llegó a la capital, Vanessa acudía regularmente a la calle de Claudio Moyano, popularmente conocida como la cuesta Moyano. a comprar e intercambiar libros. De esa manera, encontró una forma de relacionarse con amantes de la lectura como él. Aquella simple afición se convirtió en una pasión, admiración y amor a la lectura que terminó en una colección de 12.000 ejemplares.

Vanessa vivía feliz hasta que, lamentablemente, recibió un comunicado de su casero con la desagradable noticia de una subida bastante sustanciosa del alquiler. Este imprevisto le ha supuesto la necesidad de arrendar una vivienda más pequeña, lo más cerca posible de una biblioteca y con unas condiciones económicas asumibles para él. Por esta razón, el autor se ha visto en la obligación de reducir su biblioteca a solo 40 libros, por lo que ha tenido que encontrar un destino digno para todos sus ejemplares. Pero este problema, aparentemente complicado en inicio, se ha solucionado sin embargo de manera feliz en tan solo tres horas gracias a la ayuda de las redes sociales. Un librero de obras de segunda mano será el nuevo depositario de los 12.000 ejemplares de Vanessa, de modo que sus estanterías quedarán vacías y los libros salvados volverán a entusiasmar a otros lectores. Vanessa ha dado una segunda oportunidad a sus libros y, a la vez, ha colaborado generosamente apoyando a un pequeño comercio, en este caso una humilde librería de segunda mano.

De este amistoso acuerdo podemos extraer muchas cosas positivas. En primer lugar, el librero se ganará la vida con la venta de los libros en una época en la que se está produciendo el avance del libro electrónico. Además, en estos tiempos donde la sostenibilidad del planeta es un problema bastante grave, la adquisición de ejemplares de segunda mano es una buena solución para ayudar al medio ambiente, así como una forma agradable de ahorrar dinero. Pero las ventajas son mayores cuando reparamos en el lector/a que entra en el maravilloso mundo del libro descatalogado, aquel que ya no se sigue imprimiendo pero que sigue vivo y esperando a que alguien le dé una segunda oportunidad. Dentro de este universo, no solo nos encontramos con escritores desconocidos, pensemos que rebuscando nos podemos topar casualmente a nuestro escritor o escritora favorita y, por qué no, con aquella obra que nos resultaba imposible encontrar. Las temáticas son muy amplias: libros de la infancia, libros firmados por su autor/a, etcétera.

Salvo raras excepciones la vida de los libros es muy corta. La industria del libro lleva años arrastrando graves incidencias debido al exceso de publicaciones, lo que provoca que el tiempo de los libros en las estanterías de las librerías no supere el mes y medio. Por lo tanto, los libros que no generan las ventas esperadas desaparecen de los anaqueles, que son surtidos por nuevos títulos. Este sistema provoca un impacto ambiental inadmisible. Por lo tanto, es necesario bajar el ritmo de producción, potenciando la calidad de los textos frente a la cantidad, para ello sería necesario un pacto en el sector de la industria del libro.

Mientras tanto Vanessa se llevará a su nueva casa los 40 libros escogidos, pero seguramente volverá en cuanto pueda a la cuesta de Moyano a comprar alguno más.

María del Pilar Javier Idiáquez

Las normas de las bibliotecas en la Guerra Civil: no dar libros deprimentes al herido y tampoco inmorales o antirreligiosos

Las normas de las bibliotecas en la Guerra Civil: no dar libros deprimentes al herido y tampoco inmorales o antirreligiosos

El Archivo Histórico Provincial de Huesca saca a la luz una curiosa documentación procedente de la Biblioteca Pública sobre el programa “Lecturas de soldado”. Este programa estaba basado en la importancia de no dar, durante la contienda bélica, libros deprimentes al herido, ni obras de medicina que tuvieran relación con sus dolencias, o que fueran inmorales o antirreligiosas, o de política contraria al régimen. Además, cada libro devuelto debía “someterse a los rayos de sol y el aire durante el tiempo posible, pues esto es el mejor sistema de desinfección”. Estas son las curiosas reglas que regían el programa “Lecturas de soldado” que desarrollaron las Bibliotecas de Frentes y Hospitales durante la Guerra Civil española y que ha querido sacar a la luz el Archivo Histórico Provincial de Huesca para conmemorar el Día Internacional de las Bibliotecas.

Según explican, durante el conflicto, en el bando franquista se estableció un sistema de préstamo de libros a soldados destinados en los frentes a heridos de guerra ingresados en hospitales que también se organizó en Huesca durante los dos años que duró el cerco.

Procedente del fondo de la Biblioteca Pública, el Archivo Histórico Provincial de la ciudad conserva la documentación de este programa y las normas por las que se regía. También se pueden conocer los títulos que se leían, gracias al “Registro general de obras de la Biblioteca circulante para hospitales”. Gracias a este registro, se sabe, además, que continuamente tenían que dar de baja libros por las constantes evacuaciones y por los ataques en el frente.

Dentro de este programa, se recolectaron libros mediante donaciones de ciudadanos con destino a “Nuestra gloriosa marina de guerra”, de los que también hay listados en el Histórico Provincial oscense. Se conservan las relaciones con los lotes de libros que se enviaban por la provincia -al hospital de Binéfar, al del Casino de Huesca, al de Ayerbe- y a las posiciones del mismo frente de Huesca a la “guarnición de la torre de la Catedral” o a la “posición del Manicomio”.

Se guardan, asimismo, las facturas por la compra de librerías y de libros, incluso de la colocación de cristales en los muebles de los hospitales que los almacenaban. Y, por último, se puede conocer también a través de las papeletas de pedido de estas bibliotecas, qué soldados los leyeron, a qué se dedicaban antes de serlo, y, en el caso de los heridos, el número de cama en la que convalecieron.

Aitana Márquez Pérez

Librería Berkana: un refugio para la diferencia

Librería Berkana: un refugio para la diferencia

Berkana es una librería española fundada por Mili Hernández y Mar de Griñó que se encuentra en la madrileña Calle de Hortaleza, 62. Fue creada en 1993 y se convirtió en la primera librería especializada en cultura LGTBIQ+ de España y de Latinoamérica.

Sus primeros años de historia fueron complicados, debido a la escasez de libros de temática LGTBIQ+ y a la falta de clientes, puesto que muchos/as no se atrevían a cruzar sus puertas (hacerlo, al fin y al cabo, debemos pensar que era una forma de significarse en un momento en el que las cosas no eran como son ahora). Sin embargo, hoy en día Berkana se ha convertido en una de las librerías de referencia especializadas en esta temática. Además, también cuenta con una editorial propia e independiente, la Editorial Egales, creada en 1995, donde se publican libros sobre LGTBIQ+ tanto de ficción como de no ficción.

Berkana, más allá de ser una librería, es un espacio de convivencia y de encuentro para el colectivo LGTBIQ+. En su local se realizan numerosas actividades, tales como presentaciones y firmas de libros con la presencia de los autores/as, coloquios e incluso celebraciones de días especiales para el colectivo, como el 1 de abril, el Día del Libro LGTBIQ+.

La existencia de librerías como Berkana, y de los libros que se venden en ellas, tiene una gran importancia para nuestro colectivo, sobre todo en estos tiempos en los que nuestros derechos y libertades se ven amenazados por la aparición de la extrema derecha. Por otro lado, estas librerías, a diferencia de los grandes almacenes, promueven el encuentro social, pues en el local de Berkana el lector/a se encuentra con otros lectores/as, con sus autores/as favoritos, e incluso con las dueñas de la librería, siempre dispuestas a realizar recomendaciones.

Y, por último, y lo más importante: conceder un lugar a este tipo de lecturas es de vital importancia a la hora de forjar identidades que se encuentran "fuera de la norma". A través de las historias o de los relatos de otros/as, los lectores/as nos sentimos acompañados, entendemos lo que nos pasa, podemos nombrarlo, normalizarlo y, a partir de ahí, construir nuestro yo, convirtiéndonos en aquellas personas que siempre hemos deseado ser. En definitiva, la lectura es un refugio y un rayo de luz para un colectivo como el nuestro, que ha tenido que vivir muchos años en la sombra.

Guillermo Sevillano Renedo

La lectura: arma de destrucción masiva de la ignorancia

La lectura: arma de destrucción masiva de la ignorancia

https://okdiario.com/ciencia/que-consiste-lectura-profunda-como-nos-afecta-10345479

Buscando por internet algún artículo que me pudiera parecer interesante, relacionado con mis inquietudes acerca de la lectura, encontré uno publicado el 28 de enero en OK Diario por Francisco Mora, donde se llamaba la atención sobre el concepto de “lectura profunda” y sobre la falta de atención que habitualmente prestamos cuando leemos un texto.

Aunque se trata de un artículo corto, en el texto se hace referencia además a otros contenidos muy interesantes, directamente relacionados con la lectura. La lectura profunda no deja de ser una práctica que permite hacer una inmersión más comprensiva del texto, usando de forma más intensiva la corteza cerebral, en contraposición a una lectura superficial, en la que, según la neurocientífica Marianne Wolf, “solo estamos obteniendo la información”. Al hacer un esfuerzo mayor por comprender lo que leemos estamos desarrollando habilidades como la memoria, el pensamiento crítico, la reflexión, el aprendizaje o el desarrollo cognitivo sin apenas ser conscientes.

Si la lectura, y en concreto la lectura profunda, repercute en todas estas habilidades, además de conseguir momentos de disfrute maravillosos, deberíamos plantearnos si es un arma de defensa contra el autoritarismo, la ignorancia y el control, por lo que se debería fomentar desde los hogares y las aulas la lectura como un hábito que forme parte de la rutina diaria de cualquier persona. La lectura es capaz de desarrollar el espíritu crítico en las personas, nos da las herramientas para cuestionar y poner en duda con argumentos y explicaciones claras y concisas aquellas falsedades que muchas veces se convierten en verdades, tergiversando la realidad y creando ideologías pobres y controladoras, con consecuencias devastadoras para todo el conjunto de la sociedad. Basta con dar un paseo por la historia y detenernos, por ejemplo, en el doloroso holocausto nazi. Su propaganda, su control, la destrucción y la prohibición de una lista interminable de textos, llevó al mundo a una catástrofe inimaginable, que contribuyó a manipular el pensamiento de millones de personas. Pero este control de la forma de pensar a través de la lectura, de los textos permitidos para su lectura frente a los prohibidos, de lo que está “bien” y lo que está “mal”, ha pasado en otros muchos momentos de la historia y, por desgracia, pasa todavía hoy en muchas partes del mundo donde gobiernos dictatoriales utilizan el poder de la lectura para controlar la forma de pensar de sus ciudadanos y señalar una única forma de ser y pensar, la suya.

Un ejemplo, salvando las distancias, en la actualidad son las llamadas fake news. ¿Podemos creernos todo lo que leemos en las redes? Quizás si llevásemos a cabo una lectura profunda, la mentira y la manipulación dejarían de ser las aliadas de determinadas ideologías o tendencias presentes en nuestros días.

Elena Gosálvez Vera

Del uno al otro confín

Del uno al otro confín

Una biblioteca nos ayuda no sólo a saber dónde estamos, sino también a saber de dónde somos, en qué lugar podemos comprender nuestro sentido de pertenencia. Se trata de una relación más o menos ordenada con el pasado, el presente y el futuro. En un mundo muy acostumbrado a navegar entre el espacio y el tiempo, la biblioteca nos lleva a los puertos del ser y el estar.

Del uno al otro confín es el título que lleva la exposición que la Dirección de Cultura y Bibliotecas del Instituto Cervantes ha abierto al público recientemente en su sede central. Considero un acierto dejar que la canción de Espronceda, Viento en popa y a toda vela, cambie aquí sus cañones por los libros. En su red internacional de más de sesenta bibliotecas repartidas por todo el mundo, Asia a un lado, al otro Europa, y más allá Australia, África y América, la cultura navegue del uno al otro confín.

La exposición empieza por explicar quiénes somos y en dónde estamos. El espacio que da la bienvenida sirve para recordar, por ejemplo, que la biblioteca de Nueva York está dedicada a Jorge Luis Borges, que Octavio Paz está en París, Nélida Piñón en Río de Janeiro, María Zambrano en Roma, Francisco Ayala en Estocolmo, Federico García Lorca en Tokio, Nicolás Guillén en Dakar, Emilio Pérez Galdós en Rabat, Salvador Espriu en Palermo, Gabriel Aresti en Lyon, Gabriela Mistral en Sidney, Torrente Ballester en Lisboa y Rosalía de Castro camino de Curitiba.

Pero esta exposición, en la primavera de 2023, nos ayuda también a preguntarnos de dónde somos y en qué lugar nos pensamos, mientras resulta necesario participar en las innovaciones tecnológicas, las nuevas formas de lectura, los servicios de autopréstamos, las vías electrónicas y los panes y los peces de la transformación digital. Conviene dar la bienvenida a las invenciones del progreso, pero sin olvidarnos de ser precavidos para no pervertir el verdadero diálogo humano con el tiempo, la conversación que nos define, el enredo entre el pasado, el presente y el futuro. La superstición de las novedades es una mala manera de encarar el camino si la credulidad en las ofertas impide meditar sobre los peligros que acarrean. Resulta necesario valorar lo que merece la pena ser conservado o lo que conviene evitar como hoja de ruta.

La Inteligencia Artificial debe trabajar en beneficio de la dignidad de los seres humanos, no hacer que los seres humanos se pongan a las órdenes de las máquinas. Federico García Lorca, después de asistir a la Primera Guerra Mundial y a la crisis de Wall Street, resumió los peligros de un mal progreso en dos versos: “La luz es sepultada por cadenas y ruidos / en impúdico reto de ciencia sin raíces”. Criticaba el poeta la ruptura del pacto entre la ciencia, la técnica y las humanidades que favorecía una pérdida de respeto gravísima de los usos nuevos a la dignidad de las personas.

Envueltos por las imperiosas y necesarias demandas de la transformación digital, la muestra, organizada con los fondos antiguos de las bibliotecas Cervantes, ha significado para mí ese pacto entre ciencia, tecnología y humanidades fundamental en la raíz de la cultura a través de los siglos. Pasear entre la Gramática de Nebrija y el Tesoro de la lengua castellana de Sebastián de Covarrubias, hasta llegar a la poesía de Rafael Cadenas, último Premio Cervantes, supone el protagonismo de una herencia que nos constituye en comunidad.

Y en ese ámbito, en la conciencia que permite reconocer dónde somos, es importante identificar la unidad en la diversidad, la configuración de una biblioteca única e internacional que se detiene también a dialogar con las experiencias localizadas, el lugar de cada uno. No es extraño que en el sur de Francia tengan protagonismo los libros que recuerdan la guerra civil o el exilio republicano, ni que en la biblioteca de Manila esté presente José Rizal, otra víctima de una España que no supo gestionar y escribir su futuro.

Ningún gran escritor nace sabiendo escribir. Conviene no olvidar que el futuro tampoco nace sabiéndolo todo de sí mismo. Hay que invitarlo una y otra vez a que piense sobre sus posibilidades con la paciencia del adolescente que, apasionado por la lectura, necesita aprender a escribir. O aprender a mirar el esfuerzo con tachaduras del autor maduro que no se cansa de corregir lo escrito. En la exposición puede verse el borrador de La guerra del fin del mundo, mecanografiado y corregido a mano por Mario Vargas Llosa. También están los poemas adolescentes de Francisco Brines, poemas que nunca se llegaron a publicarse debido a la conciencia crítica de su autor.

Eso es una biblioteca, la historia de la conciencia de una cultura, el pacto entre la diversidad y la unidad que representan los libros, las palabras que nos han hecho, la imaginación que nos llama y nos espera, la herencia que avanza.

Aitana Márquez Pérez

Proyecto "Perros y letras"

Proyecto "Perros y letras"

En muchas ocasiones, los animales sirven de ayuda fundamental para la terapia, ya que sirven para desarrollar habilidades tanto motrices, como sociales e incluso lectoras. La relación entre el animal y la persona aporta grandes beneficios a ambos, pero en este caso en terapia se utiliza muy habitualmente puesto que hace que desarrollemos con mayor facilidad la responsabilidad y la empatía, consiguen reducir el estrés y la ansiedad y mejoran nuestro estado de ánimo.

Es por eso por lo que me gustaría presentar el proyecto R.E.A.D, fundado en Estados Unidos en 1999 y que actualmente está funcionando por todo el mundo. Es una organización que trata de mejorar las habilidades lectoras, así como de fomentar la lectura con la ayuda de perros que están adiestrados para ello.

Este proyecto ha utilizado de manera terapéutica los perros con niños/as para ayudar a desarrollar las habilidades lectoras a aquellos que tienen dificultades en su aprendizaje. Con ayuda de estos animales, consiguen crear un ambiente tranquilo y familiar que le permiten a estos niños/as estar más concentrados y sin sentir presión a la hora de practicar la lectura, pues los animales nunca les van a juzgar, simplemente van a escucharles. Los perros actúan como oyentes y acompañantes de los niños/as durante ese proceso de aprendizaje. Por lo tanto, este proyecto tiene grandes beneficios, pues fomenta la empatía y la responsabilidad con animales; además de impulsar a la lectura y al aprendizaje; y, sobre todo, de ayudar a aquellos/as que tienen mayores dificultades sin ningún prejuicio.

Todos los que han probado este proyecto han salido maravillados, puesto que los niños/as no solo mejoran en su comprensión lectora, sino que también en motivación, seguridad en sí mismos y empatía con los animales. Por lo tanto, es un proyecto muy positivo.

Actualmente cuentan con más de 5.600 equipos trabajando por todo el mundo, en numerosos países como Australia, Finlandia, Canadá, Holanda o España. La empresa cuenta con un personal formado tanto en educación, como en psicología y logopedia, y destaca su innumerable trato con sus mascotas, puesto que son una parte fundamental de su trabajo y de su vida.

El proyecto está dedicado principalmente al trato con niños/as, aunque he de destacar que se ha impulsado hace poco tiempo un proyecto conocido como “Mayores muy conectados”, orientado a personas mayores con la finalidad de que expresen sus emociones y sentimientos, y de facilitar la comunicación mediante el trato con los animales. Sin duda es un proyecto innovador, positivo, y que puede aportar muchos beneficios a la sociedad.

María Urdiales del Pino

Más libros más libres

Más libros más libres

Esta frase está pintada en una de las paredes más céntricas del municipio de Azuqueca de Henares, en Guadalajara. En un primer momento, pensé que era una frase para incentivar la lectura, ya que la biblioteca municipal está ubicada muy próxima a esta pintada; sin embargo, después de leer durante años esta frase, situada a menos de cinco pasos del Ayuntamiento de la ciudad, me apareció en un post de una cuenta en Instagram que tenía la foto que vemos.

Esta frase es el lema de una iniciativa solidaria impulsada por la asociación feminista Teta&Teta para acercar la literatura a las reclusas de las cárceles españolas. Este bonito proyecto tiene como objetivo llevar libros nuevos o usados, siempre con una dedicatoria manuscrita en el interior, para la receptora reclusa. El principal destino de este proyecto es la cárcel de mujeres Alcalá-Meco, por su localización contigua al municipio azudense, aunque también lo han llevado a cabo en otras cárceles del país.

Como lectores/as, sabemos que los libros nos hacen sumergirnos en el ambiente y contexto en el que transcurren las historias que descubrimos en los libros, por lo que ese es el objetivo de dedicárselos a las presas: conseguir que mentalmente puedan sentirse libres y escapar de realidad de las paredes de la cárcel en la que se encuentran, viajar, aunque sea por un tiempo limitado, a un lugar idílico y lejano. La finalidad de la dedicatoria es que las presas tengan un contacto cercano con el exterior, como si una amiga les contase un suceso que les ha ocurrido.

El propósito de estas bibliotecas creadas por Teta&Teta es que las reclusas puedan continuar o comenzar su formación, por lo que hay libros para todos los niveles, tratando siempre de promover la alfabetización entre esas mujeres (hay que tener en cuenta que la mayoría de las reclusas poseen un bajo nivel de formación y una pobre educación, por otro lado, una de las causas fundamentales de la delincuencia).

En esta frase “más libros más libres” observamos que se trata de incentivar la lectura, al tiempo que de concienciar a las reclusas a que el saber y el conocimiento les proporcionarán una mayor libertad, no solo porque les darán mayores salidas laborales, sino también porque poseerán el conocimiento propio de diferenciar las acciones correctas de las incorrectas. Esta biblioteca tiene como meta la reinserción y el aprendizaje personal por parte del recluso durante su permanencia en la cárcel, además de una importante proyección pedagógica. Hagamos que los libros nos hagan a todos/as, pues, más libres.

Malena Navarro Navajo

“La historia interminable”. Los libros de fantasía en nuestra infancia y la imaginación

“La historia interminable”. Los libros de fantasía en nuestra infancia y la imaginación

Muchas personas en nuestra infancia hemos leído libros de fantasía que nos transportaban a lugares que nunca habríamos imaginado, y todo ello, sin movernos de nuestra casa o de la biblioteca. Esto es lo que le sucedió a Bastian cuando leyó la preciosa y fantástica historia del libro La Historia Interminable.

Esta historia nos teletransporta junto con Bastian a un mundo fantástico, observando como la realidad se va difuminando poco a poco hasta que acabamos en el reino de Fantasía, demostrándonos mediante una metáfora, lo que nos transmiten los libros fantásticos, especialmente cuando somos pequeños. Bastian, nuestro protagonista, se encuentra en una situación familiar delicada, pues su madre acaba de fallecer y tiene que lidiar con su padre, un tanto problemático. Por si no fuera poco con esto, unos chicos de su clase le hacen bullying, así que Bastian, para escaparse de todos estos problemas, utiliza su imaginación, algo que creo que la mayoría hemos hecho siendo niños para, en ocasiones, evadirnos de la cruda realidad.

La adaptación del libro a la película fue dirigida por el famoso director Wolfgang Petersen, quien hizo un maravilloso trabajo trayendo al cine esta historia originalmente escrita por el escritor de literatura infantil Michael Ende. En lo que respecta al largometraje, podemos encontrar escenografías con una gran estética visual si tenemos en cuenta que la película es de los años 80. Personalmente, mis escenas favoritas son, en primer lugar, en la que Bastian entra en la librería huyendo de los chicos que le hacen bullying y se muestran pilas desordenadas de voluminosos libros, y, en segundo lugar, la trama final en la que aparece Bastian volando a lomos del icónico personaje de Fuyur.

Este relato nos demuestra a la perfección lo bonito que es soñar y el poder incalculable del uso de la imaginación, además de enseñarnos lo interesante que es la mente de un niño. Nos ilustra cómo un libro nos puede aportar tantos sentimientos, cómo nos marca para siempre. Personalmente, Bastian es un personaje con el que cualquier lector se puede identificar fácilmente, ya que a muchos de nosotros nos gusta escapar de la realidad, viajar a otro mundo y tener grandes aventuras.

Para finalizar, me gustaría destacar lo importante que es dejar a los niños soñar, dar rienda a su imaginación y a su creatividad, dejarles disfrutar de lo bonita que es la infancia y que lean historias como la de La Historia Interminable para potenciar todos estos conceptos mediante el emblemático género literario de la fantasía.

Lucía González Casero 

La librería Arriero cambia de manos, pero mantiene su esencia

La librería Arriero cambia de manos, pero mantiene su esencia

La Librería Arriero, ubicada en la calle de los Curas nº 29 de Torrejón de Ardoz (Madrid), abrió sus puertas en el año 1979 gracias a la familia Arriero con el fin de convertirse no solo en un lugar de compra y venta de libros o de material escolar, sino en un espacio de cultura y de libertad en la ciudad.

   Tras 42 años regentada por los Arriero y tras un breve periodo de inactividad derivado de la pandemia de la COVID-19, en junio de 2021 la librería quedó en manos de dos vecinos del municipio: Carmen Lizcano y Ángel Gómez, quienes han continuado con la labor cultural iniciada y desarrollada por sus anteriores propietarios.

   Desde presentaciones de libros, recitales de poesía, cuentacuentos o un misterioso club de lectura (llamado el "Dealer Club") hasta talleres de lettering o de escritura, el programa cultural que oferta la Librería Arriero la ha convertido en un lugar de referencia para los torrejoneros y torrejoneras, que se han acercado a ella a lo largo de sus más de cuatro décadas de historia dispuestos a disfrutar de las numerosas actividades de animación a la lectura que promueve para todos los públicos y edades, como puede verse en sus cuentas de Instagram (@libreriaarriero) y de Facebook (https://www.facebook.com/libreriarriero/?locale=es_ES).

   La labor de sus propietarios, antes y en la actualidad, es un claro ejemplo de su profesionalidad. Y la buena atención al cliente, seña de identidad de antaño de la librería, no se ha perdido, ni mucho menos, con el cambio. 

   Además de disponer de un amplio catálogo -en el que predominaron en la primera etapa de la librería la narrativa y las obras de Historia Contemporánea y sobre feminismo; y ahora ocupan un espacio importante los cómics y la literatura juvenil-, los libreros/as de la Librería Arriero saben recomendar a los lectores/as qué novedades editoriales pueden ser de su agrado, porque conocen sus gustos e intereses, o se preocupan por conocerlos. Ello conlleva que toda compra sea siempre un acierto y que la experiencia en este pequeño local sea siempre también una verdadera delicia.

Rodrigo Alonso Carretero

Y tú, ¿practicas el «journaling»?

Y tú, ¿practicas el «journaling»?

Seguramente habréis oído hablar del “journaling”, una tendencia que está muy en auge en nuestros días, ya sea porque os lo ha mencionado vuestro círculo más cercano, lo habéis descubierto en alguna red social, habéis leído algún artículo en internet o, por el contrario, no sabéis de qué trata. ¿En qué consiste? ¿Qué lo diferencia de un diario clásico? ¿Tienen las palabras el poder de cambiarnos la vida? Estos son algunos de los aspectos que trataré en este post.

Podemos definir el “journaling” como el hábito de escribir en un cuaderno personal reflexiones y experiencias con el fin de explorar nuestros sentimientos y pensamientos de una forma honesta y auténtica. Es decir, es una herramienta de desarrollo personal que nos ayuda a conocernos a través de la escritura.

A lo largo de la historia han estado muy presentes los diarios. Al decir esta palabra estoy segura de que os ha venido a la mente el célebre diario de Ana Frank, pero podríamos nombrar una infinidad de ellos como los de Virginia Woolf, Sylvia Path, Franz Kafka o Miguel de Unamuno. Sin embargo, este concepto tiene un enfoque centrado en los hechos ocurridos en la propia época (acontecimientos externos) y no tanto en la autorreflexión y el autoconocimiento a través de la escritura.

El “journaling” puede ser todo lo que queramos, ya que, en definitiva, se trata de escribir en un cuaderno cómo nos sentimos. Y es que no es tanto la forma de hacerlo (depende de cada persona), sino de leerlo posteriormente. Releyendo somos capaces de identificar patrones de pensamiento y comportamiento que pueden estar afectando a nuestra vida de manera negativa, también, podemos ver los retos o desafíos que hemos superado, las lecciones aprendidas o los cambios realizados desde entonces. Incluso nos puede proporcionar una sensación de fortaleza y confianza en nosotros mismos para enfrentar desafíos futuros. Por lo tanto, bajo mi punto de vista, las palabras sí tienen el poder de cambiarnos la vida. Practicando “journaling” podemos ver las cosas que nos ocurren con perspectiva y aprender de ellas siendo muy útil para mejorar nuestra salud mental y emocional. Por último, os dejo el link de un video para que descubráis más sobre este tema y os animéis a incorporarlo en vuestras vidas: https://www.youtube.com/watch?v=6asHRuF63pE

Silvia Grandíval Martín

Libros nuevos, libros «vintage»

Libros nuevos, libros «vintage»

Entre las numerosas transformaciones que el mundo de los libros ha sufrido en los últimos años, quizás el comercio en las librerías sea uno de los que más cambios puede relatarnos. En los últimos años ha habido un crecimiento notable de las librerías de segunda mano, un tipo de comercio que se une a la cultura de lo “vintage” tan en auge en estos momentos. En Madrid, por ejemplo, este tipo de librerías se asocian a barrios históricos de la capital, como Malasaña o Lavapiés, especialmente conocidos por esa cultura alternativa, antigua, del second-hand, que, con ayuda de las redes sociales, ha adquirido todavía más fama en nuestros días.

Un libro nuevo tiene su encanto. El olor, el tacto, esa novedad… Pero también es cierto que un libro de segunda mano tiene otro tipo de encanto, todavía más atractivo aún si cabe. Por ejemplo, un clásico como puede ser La casa de Bernarda Alba del poeta Federico García Lorca recién sacado de la imprenta es diferente a una edición antigua en la que el paso del tiempo haya dejado huella.

Los libros de segunda mano no varían mucho de uno recién salido de la imprenta, puesto que el contenido sigue siendo siempre el mismo. Sin embargo, no siempre podemos permitirnos ir a la librería y escoger lo que queremos de entre sus estanterías. La cultura está cara y, a veces, algo tan cotidiano como comprar un libro, puede costar un ojo de la cara. Así que, si queremos, por ejemplo, comprar un clásico, ¿dónde podemos acudir? La respuesta está clara. Tiendas de segunda mano.

Este tipo de librerías de ocasión permiten el acceso a la cultura libraria de forma más económica e, incluso, en ocasiones, un tanto más curiosa. Aunque es cierto que en esta clase de sitios no vamos a encontrarnos muchos libros actuales, sí que podemos encontrar joyitas como ediciones especiales, clásicos o libros de temáticas que nunca hubiéramos imaginado. Además, el bolsillo notará la diferencia.

Los libros de segunda mano tienen la posibilidad de tener una segunda vida y no quedar relegados en una estantería durante el resto de su vida. Al igual que en las bibliotecas los libros pasan por distintos dueños temporales, también lo hacen los libros de segunda mano, ya que el lector/a podría cuestionarse por cuántas manos habrán pasado la obra que ahora sostiene entre las suyas. Si este es tu caso y tienes un libro de segunda mano en casa, hazte esta pregunta y deja volar tu imaginación.

Laura Redondo Vidal