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Luna nueva, amor Shakesperiano contemporáneo

Luna nueva, amor Shakesperiano contemporáneo

A lo largo del tiempo, hemos visto cómo la lectura se ha ido extendiendo y abriéndose camino hacia nuevos públicos. Pero fue a partir del siglo XIX cuando la lectura experimentó una extensión social sin precedentes que afectó, especialmente, entre sus lectores a tres nuevos colectivos: las mujeres, los obreros y los niños/as. Este gran cambio fue posible gracias a diversos factores que facilitaron el acceso a los libros y a la lectura a nuevos públicos hasta ahora marginados entre los que quiero destacar la mecanización del arte de imprimir y el desarrollo de nuevas formas de comercializar libros.

Con la llegada del siglo XX, el libro se convirtió en un artículo cotidiano y accesible para todos. La popularización de la lectura vino de la mano, entre otras cosas, de la unión del libro con el cine y la televisión, donde podemos ver clásicos en sus versiones más actuales. Es por ello que hoy me gustaría hablaros de la relación que existe entre el libro llevado a la gran pantalla Luna Nueva, frente a la aclamada obra de Shakespeare Romeo y Julieta.

En primer lugar, en Romeo y Julieta el autor presenta el conflicto entre sus respectivas familias, los Montesco y los Capuleto, mientras que en ‘’Luna Nueva’’ se nos presenta un conflicto entre dos realidades; la humana, realidad de Bella, y la vampira, realidad de Edward. En ambas obras, los protagonistas rompen las reglas y se encuentran pese a que esté prohíbo. Otra similitud es el hecho de que se enamoran prácticamente a primera vista, de una manera casi incontrolable. Romeo y Julieta lo hacen en un baile organizado por la familia Capuleto, mientras que Bella y Edward lo hacen en el instituto, hecho que en realidad tiene lugar en la primera entrega de la saga, Crepúsculo.

Sin embargo, yo creo que paralelismo más evidente entre las dos historias es la voluntad de morir por el otro si este lo hiciera y, en el caso de Bella, llegar a morir por el otro con tal de que este no lo haga. Como leemos en la obra teatral Julieta, ante la oposición de su familia de casarse con Romeo, con la ayuda de Fray Lorenzo decide tomar una poción para fingir su muerte induciéndola en una especie de coma. Romeo, que no llegó a ser avisado de este plan, se suicidó ingiriendo veneno para morir a su lado. Al despertar del coma y ver la escena, Julieta termina con su vida atravesándose el corazón comuna daga.

Aunque esta trama no llega a ser del todo igual, pues en Luna Nueva los protagonistas no mueren, Edward, al creer que Bella se suicida -algo que vio su hermana Alice en una visión-, va ante los Vulturi (la monarquía que domina la sociedad de los vampiros en la saga) para que le dejen morir. Ante la negativa de su petición, Edward, incapaz de vivir sin Bella como Romeo sin su Julieta, piensa en exponerse ante los humanos, algo que haría que los Vulturi terminaran con su vida. Aunque finalmente esto no llega a suceder porque Bella aparece impidiendo que Edward se exponga, la incapacidad de vivir sin su amor está igualmente presente en las dos obras. Edward, ante el desconocimiento de que Bella sigue con vida y ante la idea de tener que vivir sin ella, prefiere poner fin a su vida. Como nuestro Romeo.

Por otro lado, tras su casi exposición ante los humanos, los Vulturi piensan en acabar con Edward por lo ocurrido y por haber contado su secreto a Bella (una humana), pero es en el momento que se va a producir su ejecución cuando Bella suplica que la maten a ella en lugar de a él. Vemos así que Bella daría literalmente su vida porque Edward conservara la suya. Como Romeo también sería capaz de morir por su amada.

Como podemos ver, aparte de que los clásicos no pasan de moda, tampoco paran de reinventarse.

Marina Pérez Calvo

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