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DE CÓMO LA LECTURA ME AYUDÓ EN MI VIDA

DE CÓMO LA LECTURA ME AYUDÓ EN MI VIDA

Javier era un adolescente de 20 años que vivía en el centro de Madrid. Ya iba por su segundo año de carrera de universidad; había elegido las Humanidades por su amor y afición a las letras. De hecho, cuando tenía 10 años se pasaba las tardes de verano en la buhardilla de la casa de sus abuelos leyendo a todo tipo de autores como Jules Verne, Lorca y Antonio Machado, así como diversos géneros de lectura. Sin embargo, sus favoritos eran, sin duda alguna, los grandes clásicos como Homero, Virgilio o Séneca.

Su familia lo miraba con una expresión de desdén, dado que todos ellos se habían dedicado a la medicina, pero Javier no cesó por ello en su afán de leer. Desde su sillón en la buhardilla viajaba a la Grecia y Roma clásicas para aprender cuanto podía de aquellos mundos que a él le parecían fascinantes. Fue un viaje iniciado de la mano de sus tíos maternos: fueron ellos quienes le enseñaron todo acerca de la lectura y sus etapas, cómo variaba el estilo del libro, su tipología y encuadernación, e incluso la evolución de las bibliotecas desde la Antigüedad hasta su tiempo. Gracias a ellos pudo descubrir qué era lo que más le atraía.

Adentrarse de lleno en la lectura de estos libros y mundos pasados le ayudó a trazar su camino y a elegir asignaturas tan importantes para él como Latín, Historia Medieval e Historia de la lectura, así como Cultura Clásica y Literatura.

Rodrigo Parra Vicente

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