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Una historia interminable

Una historia interminable

Mis dedos se deslizan sobre una maravillosa página de papel, huele a emoción, a saber, a aventura… cada vez que abro un nuevo libro, se produce un cosquilleo en mi interior, ¿será un libro que me dejará huella? ¿dónde viajaré? ¿qué emociones evocará? Pero, qué curioso, nunca he pensado en su historia, la historia de un hecho sin igual, la historia de la lectura. Este post me va a permitir indagar sobre ello, y adentrarme en un hecho que, seguro ha cambiado por completo, la historia de la humanidad.

Saber leer parece hoy en día, sobre todo en Occidente, algo innato al ser humano, pero no es así. Un hecho, en apariencia trivial, como lo es la lectura, es en realidad un ejercicio muy complejo que exige muchas habilidades relacionadas con factores neurolingüísticos, y elementos externos, como el soporte de los signos y códigos, y otros socioculturales, de tipo histórico, etc.

Existe una íntima relación ente la escritura y la lectura. La primera ha evolucionado a lo largo de los siglos, en un primer momento se utilizaron figuras y símbolos convencionales para representar pensamientos e ideas hasta que estos evolucionaron, en las diferentes culturas, hacia la escritura alfabética, cuyas primeras manifestaciones se encuentran en el Mediterráneo Occidental a partir del II Milenio a. C. Una vez establecidos los alfabetos en Oriente y Occidente, su soporte era habitualmente un rollo de papiro que, para leerlo, había que ir desenrollando y enrollando. No era un formato cómodo, por lo que de éste se pasó a la forma de libro, donde la lectura era mucho más sencilla de realizar, aunque su legibilidad dependía, como también antes, de la habilidad del escribiente.

Un acontecimiento transcendental para facilitar el acceso al conocimiento y el disfrute, a través de la lectura, fue la invención de la imprenta por un orfebre apodado Gutenberg, quizás el invento con mayor impacto en la historia. Y aunque ahora existen dispositivos digitales como los e-books que nos facilitan tener en muy poco espacio miles de páginas que narran, cuentan, explican, exponen, disertan, cuestionan…, no hay nada como leer una buena historia en un libro en papel, como los de toda la vida.

Aunque leer es algo maravillo, no siempre tiene por qué ser un placer, pues depende de la naturaleza del texto y de nuestra motivación de lectura. No es lo mismo leer porque tenemos que estudiar un examen, que leer una novela que hemos elegido nosotros/as mismos; como tampoco es lo mismo leer un poema, que un texto algebraico; una cita, que un texto científico, etc. Lo que si es cierto es que el desarrollo de la escritura y de los soportes, a través de los siglos, nos ha permitido disponer en la actualidad de un infinito mundo de cultura, saber y placer que no se puede comparar con nada, pues en la lectura, sin viajar, viajas; sin conocer, conoces; sin oler, hueles; sin degustar, gustas; sin tocar, tocas… A través de la lectura, cada persona crea una realidad propia y una forma distinta y única de ver el mundo.

Elena Gosálvez Vera

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