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Tinta del pasado y del presente

Tinta del pasado y del presente

La Imprenta Municipal-Artes del Libro del Ayuntamiento de Madrid es la máquina del tiempo con la que hemos realizado nuestro viaje al pasado. En esta institución se exhibe una gran colección de máquinas e instrumentos de impresión que, además, aún siguen en perfecto funcionamiento. 

La exposición permanente de este peculiar lugar muestra la evolución de la impresión desde el siglo XVI, con imprentas manuales, hasta la época de la Revolución Industrial, cuando se desarrollaron las imprentas mecanizadas. Asimismo, antes de entrar en la sala de exposición, pasamos por un pequeño auditorio en el que se reproduce en bucle un vídeo sobre los orígenes de la imprenta, la encuadernación y la litografía. Esta breve grabación puede resultar muy útil para poder profundizar sobre lo que se nos mostrará en el museo y demostrar que hoy en día se siguen haciendo estas labores de impresión tan importantes.

Al entrar a la sala principal, nos encontramos con las enormes máquinas de impresión, junto a un recorrido histórico por su evolución. Sin embargo, en este lugar no solo se exhiben las distintas maquinarias de las imprentas, sino que podemos observar otros instrumentos que forman o han formado parte de ellas. Como elementos de la exposición se encuentran, por ejemplo, los tipos móviles usados en las imprentas, guardados en sus cajas con aquel orden característico que establecieron los encargados de la impresión. Seguidamente, encontramos elementos tan destacados como las piedras litográficas o su evolución: las planchas de fotograbados, con las que se conseguían impresiones en color gracias a la técnica de la cuatricromía. Por último, la exposición hace gala de hermosas portadas de libros con grabados con pan de oro o llamativos colores y formas en sus guardas. Esta sección refleja el progreso y la evolución del arte de la imprenta en las portadas y, por consiguiente, en los libros.

Aunque el recorrido pueda resultar un poco confuso -saltando de épocas si no lo sigues correctamente, puesto que no hay señales que marquen el camino- la exposición está muy bien explicada. Los carteles ayudan a los visitantes, como yo, a imaginarnos más fácilmente cómo era y aún es el trabajo de los tipógrafos. Finalmente, no solo la colección que poseen es impresionante, sino que este edificio, casi centenario y compuesto por tres plantas con diversas exposiciones y un maravilloso taller tipográfico, todavía en uso, está decorado con fuentes tipográficas que lo embellecen más incluso.

Cristina García Luque

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