BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA
De entre todas las etapas que estamos estudiando este año en la asignatura de «Historia de la lectura», una de las que más ha llamado mi atención ha sido la de Grecia. El punto que me ha despertado más curiosidad e interés ha sido la Biblioteca de Alejandría.
En el periodo Ptolemaico, antes de construir esta famosa y grandiosa biblioteca, Ptolomeo I convirtió Alejandría en la capital de la cultura del helenismo y a continuación fundó la biblioteca; sin embargo, no acabó él dicho proyecto, si no que lo finalizó y amplió Ptolomeo II. Ptolomeo I, fue uno de los mayores hombres de confianza de Alejandro Magno durante su vida, tenía cargos como el de general dentro del Imperio. Nacido en Macedonia, al morir el emperador se nombró rey, estableciendo por primera vez la dinastía Ptolemaica durante el periodo helenístico. Alejandría fue nombrada capital de este nuevo reino.
En primer lugar, antes de la biblioteca, Ptolomeo mandó construir en la ciudad un gran palacio colosal que albergaría a toda la dinastía Ptolemaica. Sin embargo, al lado de este gran edificio se encontraría otro edificio conocido por el nombre de Museo. Este nombre se debía a que querían relacionarlo con el arte y la inspiración de las musas a los artistas, que además eran las diosas del arte y la sabiduría. A lo largo del tiempo, una parte de este Museo se convirtió en biblioteca, pero no una cualquiera si no la más importante y reconocida en su momento. La dinastía Ptolemaica, conservaba todo aquello que tuviera que ver con ella con gran cuidado, respeto y cariño. Para ellos era un atributo a su poder y reconocimiento. Pero no solo se limitaban al almacenamiento y conservación de libros en ella, también realizaban labores filológicas de corrección y fijación textual.
La Biblioteca de Alejandría fue reconocida y valorada como la mejor del momento por numerosas características por las que destacaba. Fue la primera biblioteca conocida como racional, esto quiere decir que tenía un orden y una organización para la lectura en su recinto. Por otro lado, no solo albergaba historias, libros e información de su zona; si no que estaba destinada a la conservación de numerosos ejemplares de todo el mundo y lo más importante, de todos los tiempos (de aquellos que hasta la fecha eran reconocidos y conocidos). Como he mencionado anteriormente, para la dinastía Ptolemaica era un gran símbolo de poder y de reconocimiento. La gran mayoría de las bibliotecas helenísticas, mas que querer tener un reconocimiento por ser un gran espacio de lectura querían que los demás se quedaran atónitos ante la grandeza y el poder de dicho Imperio.
Debido al gran interés que me ha producido este culto a los libros y a la lectura, como es la biblioteca de Alejandría, he reunido una serie de datos y curiosidades que me han parecido muy interesantes y que han agravado mi interés hacía la misma. Según muchos estudios y artículos, muchos expertos cuentan que actualmente no existe ninguna biblioteca equiparable a la de Alejandría. Su grandeza, y su gran aspiración a guardar ejemplares de todo el mundo y de todos los tiempos la diferencian. En este lugar, también se concentraban numerosos sabios para reflexionar e impregnarse de sabiduría, y no solo lo hacían por una obligación de estudios o algo similar; realmente iban porque se encontraban bien allí y realizaban un gran número de actividades de culto, arte y sabiduría en ella. Sería fascinante que a día de hoy en nuestro mundo actual encontráramos sitios así. En último lugar, cabe destacar algo muy curioso e importante sobre la misma, a día de hoy el motivo de su destrucción es completamente incierto. En ocasiones se relaciona con un incendio producido en la época de César, en otras ocasiones se cree que fue obra de la hostilidad que sentían los cristianos hacia ella y otras veces se piensa que fue culpa de los conquistadores musulmanes. Sin embargo, lo que sí aseguran es que parte de este gran edificio de culto al saber fue destruido en la época de César durante un incendio.
Me ha parecido fascinante conocer la historia de esta biblioteca y que podamos darnos cuenta de que hace siglos, el culto al saber y al arte ocupaban un lugar fundamental en la sociedad y en la vida cotidiana de los ciudadanos, por lo que me es muy difícil de comprender cómo a día de hoy todos estos valores los hemos perdido o al menos los que aún los conservan son una gran minoría.
Isabel Cubillos
0 comentarios