Blogia
AEDO

UN VISTAZO A LA ERA DIGITAL DE LA LECTURA

UN VISTAZO A LA ERA DIGITAL DE LA LECTURA

En las últimas décadas hemos sido testigos de grandes transformaciones en el mundo del libro y de la lectura debido a la expansión de las nuevas tecnologías, un fenómeno que refleja la interacción dinámica entre la revolución digital y la cultura literaria contemporánea. Desde la popularización de los e-readers hasta la proliferación de audiolibros y podcasts, la lectura digital constituye otro modo de leer que está, a su vez, remodelando la manera en la que nos relacionamos con los libros (analógicos o no) y el modo en el que interpretamos aquello que leemos. La introducción en nuestro día a día de nuevos dispositivos electrónicos para leer ha generado, por otro lado, una nueva forma de consumir los textos que dista mucho de la lectura tradicional, alterando la fisiología del lector, pero también las normas que durante siglos han guiado la actividad lectora.

Como afirmó, entre otros, el escritor Neil Gaiman, “los libros son los amigos más silenciosos y constantes; siempre están ahí cuando los necesitas”; pero lo cierto es que esa relación intrínseca entre la constancia y la lectura que definía bien a los lectores de antaño ha pasado ya a la historia. La lectura en pantalla se caracteriza por ser, precisamente, inconstante, más fragmentada, menos concentrada y profunda. Ello lleva aparejado un procesamiento cognitivo cada vez más superficial, que se está trasladando a la lectura realizada sobre papel (no es que leamos menos, es que leemos peor o no entendemos lo que leemos). Por si esto ya no fuera suficientemente preocupante, nuestra susceptibilidad a las noticias falsas, los sesgos y los prejuicios se amplifica por el exceso de confianza en nuestras habilidades lectoras en el mundo internauta, donde todo parece ser posible, donde todo está al alcance de la mano, donde todo es fácil y rápido de comprender y de adquirir (material y simbólicamente hablando).

Los nuevos formatos de lectura, como los audiolibros, ofrecen alternativas que se adaptan a nuestros estilos de vida cada vez más estresados y ocupados. El audiolibro redefine la relación entre el lector y el texto, enfatizando la oralidad y la interpretación del narrador. Esta evolución plantea cuestiones nodales en la Historia de la lectura, como las distintas modalidades lectoras que en cada época predominan. Aunque desde hace varios siglos ya, la lectura silenciosa e individual es la protagonista, tendencias en auge, como esta de consumir audiolibros, ponen en jaque su milenario reinado.

A pesar de todo lo dicho, cabe insistir en un aspecto positivo de la revolución lectora digital, que es la democratización del acceso a la lectura, una utopía que hasta nuestros días no ha podido hacerse realidad (salvando las diferencias derivadas de la “brecha digital”). La digitalización de los textos no solo ha extendido la lectura a todos los públicos, sino que, además, ha permitido que haya más autores/as o, dicho de otro modo, que una mayor diversidad de voces encuentre audiencia, promoviendo así la inclusión y empoderando a comunidades marginadas que ahora ya sí que pueden compartir y visibilizar su historia, sus historias.

En el ámbito educativo, la integración de la lectura digital presenta desafíos y oportunidades al mismo nivel. La alfabetización en la era digital no se limita a la habilidad de leer y escribir, sino que implica la adquisición de otras competencias complejas, como las de navegación, evaluación crítica de la información y producción o diseño y gestión de contenido multimedia. La enseñanza debe adaptarse para que las nuevas generaciones, pero también aquellas generaciones que no son nativas digitales, aprendan y cultiven estas nuevas habilidades y sepan hacer uso de ellas en un entorno vertiginoso y cambiante.

En conclusión, los cambios en los patrones de lectura en la era digital plantean interrogantes sobre la calidad de la experiencia lectora y la evolución de la cultura escrita que no pueden ser pasados por alto por quienes nos interesamos por la Historia del leer. Si bien las nuevas tecnologías han democratizado el acceso a los textos, y ello es digno de celebrar por todo lo alto, también debemos examinar críticamente cuáles son sus límites e implicaciones en nuestra capacidad de concentración, comprensión y participación en el mundo de las letras y en el mundo en general.

Mar Martín Domínguez

0 comentarios