Palabras solidarias
Madrid, 7 de febrero de 2023
Querido Javi:
Me animo a escribirte esta carta porque tu libro me ha (con)movido y me ha hecho (re)conocer el mundo de manera distinta. Lo primero, porque me ha ayudado a concienciarme de lo importante que es tomar iniciativas. Lo segundo, porque tus reflexiones, por muy sencillas que parezcan, inspiran.
Escribir es fácil, es lo más sencillo del mundo. Se encadenan unas letras a otras sobre el papel para formar palabras, que se unen en frases con significado. Escribir es fácil, sí, pero transmitir ya es más complicado. Tú, a través de tu experiencia de vida, transmites.
Un poeta cubano insinuó una vez que toda persona debería hacer tres cosas en la vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. A menudo se relega esta última a un segundo plano (la gente está demasiado atareada como para leer, ni qué decir tiene para ponerse a escribir), como si careciera de importancia, cuando en realidad la escritura habla de la realidad en la que vivimos y transmite valores; tantos como los que el creador quiera compartir. Y es que, en efecto, todo escritor tiene algo que contar.
Tú presentas tres puntos fundamentales en tu narración: quién eres, lo que quieres y quién quieres llegar a ser (sin caer, además, en el pretencioso estereotipo de crear un manual de autoayuda a partir de un testimonio personal, que ya de por sí tiene mérito). Esto me lleva a pensar que, si realizáramos un experimento para comprobar cuántas personas se plantean en algún momento alguna de estas preguntas con un mínimo de seriedad, estoy convencida de que los resultados serían decepcionantes. No quiero profundizar en el por qué de este presentimiento (y ojalá esté equivocada), pero, sinceramente, me sorprende la falta de interés y curiosidad que veo en quienes me rodean; un conformismo que se ha arraigado y generalizado en nuestra sociedad por motivos que desconozco y me desconciertan. Soy de la opinión de que leer te abstrae de esta rutina tóxica y recalcitrante: despierta la imaginación, potencia el ingenio y alimenta el alma. Podrías haber compartido tu historia de forma oral (de hecho, seguro que lo has hecho en más de una ocasión, rodeado de las más diversas audiencias), pero, por ejemplo, es poco probable que hubiera llegado a mí. La escritura además perdura en el tiempo; esta obra es ahora tu legado.
Lo que más me atrae de lo que cuentas es el impulso que le das a lo cotidiano. Tú lo defines como “un libro de muchas preguntas y muy pocas respuestas. Quizás demasiado pocas”, yo lo identifico como una narración que se remonta a los orígenes. No de tu experiencia de vida, sino de la vida misma.
Qué importante es que nos cuestionemos las cosas, planteándonos las razones de lo que elegimos. Qué vital me parece que aparezcan en el mundo inspiraciones que animen a (con)seguir sueños y hacerlos realidad. Tienes razón: nuestro tiempo sobre esta tierra es limitado, hay que enfrentarse a la tiranía de las posibilidades saliendo de la carrera de la rata, aprender a poner nuestros talentos en juego a través de una posición expansiva y abrazar la libertad, ese sentido que llena y hace plena la vida.
Quería terminar agradeciéndote por compartir conocimientos y amistad conmigo. Gracias por ser ejemplo. Gracias por recordar a las personas que lo importante es que amen sin tilde.
Un abrazo muy fuerte y nos vemos pronto,
Leyre I. Avilés
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