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De la invención de la lectura

De la invención de la lectura

La causa dela invención de las letras primera mente fue para nuestra memoria, et después, para que por ellas pudiéssemos hablar con los absentes et los que están por venir. (Nebrija)

Era un mar de olas vacías,
de olas en guerra,
de algas que recubrían
la faz de la tierra,
de agua brava
y tiempo inconmensurable,
de una nada en calma
y del infinito circulante,
de cuerpos en reposo…

Nacieron los primeros y ya
era un mar de pedomorfos,
una cuna acuática
para la gestación enfática
de quienes pusieron
sus pies en la tierra;
seres cualesquiera, sin apellido.
No existían nombres ni sentido.

Era un mar profundo,
y su intensidad
llamó a la curiosidad.
Se adoró su imponencia.
Se temió la tempestad.
Se creó la conciencia del más allá.
Se enfrentaron a su muerte
y buscaron imponerse.
Y en su persistencia,
crearon las letras.
Crearon los cuentos.
Crearon mitos y alegorías.
Crearon narrativas.
Evadieron el sufrimiento.

Era un mar de palabras mezcladas
en fragilidad y violencia;
olas de competencia por el poder,
oleaje amenazado por emperadores
y su afán de prevalecer.
Páginas censuradas y
armas preparadas
disgregan la marea;
mitosis de la conciencia
dividida en paz y guerra,
dividida en mar y tierra.

Era un mar de navegantes,
de barcos de vela,
de marineros que leían
las mismas narrativas
olvidando sus moralejas.
Mundo de repeticiones
y cronología sucesiva
en el que habitan seres
en busca de perspectiva.
Ya no escriben sus memorias.
Ya no buscan la victoria
de aquellos reyes.
Ahora leen para comprender
por qué se repiten tantas veces
los mismos errores en la historia.

Mar, a la vez que mi barco
avanza contracorriente
no puedo evitar viajar contra tus olas,
que fluyen hacia atrás
mientras yo navego de frente.
No avanzan paralelos olas y navegante.
Y aunque querría viajar a tu lado,
la marea no lo permite.
El viento, como el tiempo,
sopla en dirección opuesta,
y yo no puedo alterar mi trayecto.

Mar, tus olas, de insólita belleza,
me asombran por su simpleza.
Pero, de tanto que se asemejan,
las olvido. Mientras me dirijo
a mi destino, las olas transcurren,
y las que ya han fluido,
por lo comunes que han sido,
se borran de mi memoria.
Por eso creamos la literatura,
para estudiar la trayectoria
y la construcción de nuestra cultura
a lo largo de la historia.

Aitana Gil Navarro

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