¿POR QUÉ SE ESTÁ PERDIENDO EL HÁBITO A LA LECTURA EN LOS MÁS PEQUEÑOS?
La lectura, en mi opinión, es algo capital. Un tema sobre el que la sociedad debería recapacitar. Creo que, en lugar de engancharnos a cualquier pasatiempo superfluo que no nos aporta nada más que matar el tiempo, deberíamos prestar más atención a cómo potenciar e impulsar los hábitos lectores.
Para abordar este tema voy a hacer hincapié en dos tipos de entornos que son fundamentales para el desarrollo del hábito lector. El primero es el entorno familiar, es el menos responsable, desde mi punto de vista, puesto que hay padres que no tienen desarrollado un hábito de lectura y que han crecido en ámbitos en los que la lectura era algo casi inexistente. Esto se debe a que hay muchas generaciones que cuando un niño o niña empieza a mostrar interés por la lectura no pueden acompañarles en este proceso, a veces incluso por las largas jornadas laborales, otras por desconocimiento o falta de práctica, especialmente en las clases desfavorecidas. Si no han ido a la escuela nunca y no saben leer, difícilmente van a inculcar la lectura, y así sucesivamente.
Por otra parte, hay que comentar el papel que tiene la escuela en esta labor, completamente determinante y a quien personalmente le asigno una responsabilidad casi plena. Hay infinidad de niños y niñas que le cogen manía a la lectura porque encadenaron dos o tres libros obligatorios que eran insufribles y de tanto leer con desgana, acabaron desencantándose. Yo creo que en los colegios y en las asignaturas que mandan lecturas obligatorias, podrían mandar varias opciones, diversas y atractivas, y que sea el estudiante el que elija, para que pueda seleccionar la lectura más afin a sus intereses y lea con ganas. Los géneros de los libros también son muy importantes, porque con doce años no es lo mismo leer una novela de aventuras de ficción, cuyo objetivo sea enganchar y entretener al lector -que casi siempre leerá con entusiasmo-, que leerse un ensayo, mucho más complicado de leer. Creo que en el ámbito escolar, en muchas ocasiones, se confunden con los gustos de cada momento del alumno/a y no se tienen en cuenta para la elección de lecturas obligatorias, cambiar esta costumbre es fundamental para conseguir nuevos y nuevas lectores y lectoras.
Pero esto es sólo mi opinión y me gustaría que todo aquel que lea esto haga su propia reflexión. Ya que se trata de un tema que hay que afrontar cuanto antes para intentar solucionarlo, remando todos en la misma dirección, porque la lectura no se puede perder.
Jorge Cuaresma Callejo.
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