LA CULTURA TIENE UN PRECIO
¿Hasta qué punto es accesible un libro? ¿Por qué el alcance de la cultura depende del dinero que tengamos en los bolsillos? Indirectamente, en la actualidad no todo el mundo tiene derecho a leer, ¿es justo?
Por desgracia vivimos en una sociedad en la cual es más fácil conseguir alcohol que un libro, lo que significa que tanto jóvenes como adultos son menos propensos a pasar su tiempo de ocio con la lectura, tanto que, según distintas estadísticas, en España casi un 40% de la población no lee nunca, ¡y hablamos de un país desarrollado!
A priori, podemos pensar que la mayoría de las personas no leen porque no están interesadas en la lectura, pues muchas veces hemos oído la afirmación «no me gusta leer», sin embargo, es muy fácil decirlo si los pocos libros que has podido leer (los que has podido tener acceso limitado) no eran de tus temas favoritos o de tu estilo. También está el problema de que si un niño se cría leyendo únicamente libros de aprendizaje (como libros de matemáticas o lengua, con largos y enrevesados enunciados) su lectura se simplifica a una lectura por obligación y en el futuro puede que ese posible niño vea la lectura como algo aburrido y costoso. Teniendo en cuenta todo esto, ¿cómo sería una sociedad en la que todo el mundo pudiera acceder a sus textos favoritos?
No obstante, los libros son valiosos, son el reflejo de la mente de un autor, de su trabajo, y merece por tanto una recompensa. Cualquier creador de contenido, cualquier trabajador, cualquier persona que invierta su tiempo para dar algo a la sociedad se merece un salario por ello. Pero grandes empresas, editoriales y/o franquicias que ganan un beneficio mayor del 200%, ¿es realmente necesario ese margen de beneficio? Y en cuanto al precio de la lectura ¿no debería garantizarse al conjunto de la población el acceso a los conocimientos, emociones y sabiduría que nos proporcionan los libros? Y tú, ¿piensas que la cultura debería de tener precio?
David Legido Contreras.
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