EL TÍO STEVE Y YO (PARTE 1)
Mi relación con Stephen King nació de una cita horrible allá en mayo de 2013. Yo me encontraba sentado frente a alguien, digamos Mr. Bored, cuando el mayor interés que sentía por la cita eran las burbujas que hacía la coca-cola al caer de la botella al vaso, cuando él en un alarde de imaginación mientras me hablaba de su aburridísima vida soltó que había sido aconsejado a leer "La Cúpula" de Stephen King. Por alguna extraña razón captó mi atención lo suficiente como para dejar a un lado las burbujas y centrarme en lo que decía. Al parecer, a varios amigos suyos les había enganchado totalmente el libro y hablaban maravillas sobre él. Yo únicamente pude decir que había visto las típicas películas basadas en sus libros ("El Resplandor", "Misery" y la mini serie de "IT").
Una vez que conseguí librarme, al terminar la comida, me fui paseando hacia el centro en busca de una librería pensando en Stephen King y en esa supuesta maravilla de libro. Recordaba a mi padre en sus lecturas veraniegas con un libro de bolsillo del autor bajo la sombrilla en la playa, pero personalmente nunca me había fascinado. Para mí el terror únicamente existía en formato de DVD, con películas con las que pasar miedo y ver la sangre. Nada de imaginarme a un hombre escondido en el armario, sino ver el armario y la típica rubia universitaria abriéndolo, desnuda.
Pese a todo entré en la tienda de libros y busqué por las estanterías hasta que llegué a la sección de “Terror y Ciencia-Ficción”. Todos los libros tenían sus lomos de color negro, salvo unos cuantos en blanco, y fueron justamente esos los del tito Steve. Pese a que había grandes ediciones preciosas de distintos libros sobre la llamada "Torre Oscura", la misma "Cúpula" o la novela con el asesinato de Kennedy de fondo, el gastar treinta euros en una novela duele bastante, por lo que únicamente decidí fijarme en los tomos de bolsillo.
Sopesé el hecho del precio de la subida del IVA meses antes, buscando el equivalente de la típica calidad/precio de la comida con la cantidad/precio de los libros. ¿Gastarme ocho euros en un libro de doscientas o trescientas páginas? ¿Un libro que ni siquiera sé si me iba a gustar? Así que ahí me encontraba yo, con dos libros del tito Steve: en una manos el "Resplandor" con sus diez euros y sus correspondientes quinientas páginas frente a "IT", con sus once euros y sus más de mil páginas. La decisión fue fácil: más del doble de páginas por un euro más. Quizá también influyera en mí que existe un elevado porcentaje de la población que siente fobia a los payasos, quizá era el momento de odiarles yo también.
Me dio miedo, no la elección en sí, sino el hecho de comprar un libro de una temática que no había leído nunca, y que seguramente lo acabaría dejando tras unas cien páginas, pues si algo sé es que cuando un libro no engancha o no te hace disfrutar lo mejor es dejarlo cogiendo polvo sobre la estantería. Pero no. Tardé justamente tres días de un fin de semana para devorarlo de principio a fin. El domingo por la noche mis ojos inyectados en sangre no sabían diferenciar entre la "o" y la "u". ¿Mereció la pena? Sí. Aunque posiblemente fuera la peor cita de toda mi vida, saqué algo bueno y fue esa relación extraña con el tito Steve, cuyo extraño arte desde mayo de 2013 y tras unas veinte obras suyas leídas he aprendido a descubrir.
Es posible que el género de Terror y Ciencia-Ficción no esté bien mirado, y que únicamente en los libros de texto se tengan en cuenta a Poe, Frankenstein y Lovecraft. Quizá sea porque el Terror no sea igual de bueno que las obras de carácter romántico o histórico, pero no podemos quitar mérito a alguien como el tito Steve, con una larga lista de obras publicadas, con varios cuentos y con una de las sagas más vendidas de la Historia de la literatura. Quizá nunca gane un gran premio literario, seguramente no vuelva a estar ninguna vez más en la lista de libros más vendidos del "New York Times" (únicamente estuvo entre los diez mejor libros del año con su obra el 22 de noviembre de 1963). Seguramente Oprah nunca ponga alguno de sus libros como lectura veraniega. Pero el tito Steve tiene magia en sus manos.
"IT" resultó ser interesante, adictivo casi al noventa por cien. ¿Fallos? Quizá uno que recuerde tras un año de la lectura: sobraban algunas páginas. Quizá sobraban unas cien, algo de paja que en algún capítulo se hacía ligeramente espeso. ¿Lo mejor? Que no le importa matar a quien se ponga en el camino, las vueltas de tuerca y la imaginación al desarrollar ciertos planos. Los personajes de los niños eran realmente maravillosos, cada uno puedes recordarlo como alguien de tu grupo de amigos del colegio. Los valores de la amistad y ese famoso "creer es ver" se hacía latente y te hacía sentir un gran cariño por ellos.
Así que ese mismo domingo, y tras mi total aprobación, me metí en Amazon e hice una compra que contenía: "El cementerio de animales", "El misterio de Salems Lot", "El Resplandor", "La Cúpula" y "Misery". Porque si algo podemos adjudicarle al tito Steve es que tiene una amplia colección de best sellers a sus espaldas.
Carlos Yebra Castillo.
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Carlos Yebra Castillo