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LECTURAS EN LA ESO

LECTURAS EN LA ESO

Honestamente, no sabía sobre qué escribir. He estado unos días dándole vueltas a la cabeza buscando inspiración, pero no aparecía nada. Tras la desesperación por la falta de ideas, decidí buscar información en internet. Me dispuse a ello y con una frase tan simple como «noticias sobre lectura» en Google, estaba servido de propuestas. Ojeándolas, ninguna me llamaba la atención, por lo que, de nuevo, no había partido de la línea de salida. Por ello, cerré el ordenador y me dije «no te preocupes, mañana se te ocurrirá algo».

Y, por suerte, no hubo que esperar a «mañana». Esa misma noche, soñando, recordé aquellos días de la ESO en los que teníamos exámenes sobre libros de lectura obligatoria en inglés. Al día siguiente, por suerte, recordaba el sueño, así que me dije «ya está, ya tengo algo sobre lo que escribir» por lo que, tras desayunar, me senté en el ordenador y comencé a escribir.

En ocasiones los sueños son recreaciones muy similares a la realidad. Mi sueño sobre los exámenes en el instituto era muy parecido a las vivencias de esos años. Recuerdo que, al principio de curso, mi profesor nos decía a toda la clase cuál era el libro que íbamos a leer ese curso, aunque habitualmente, no era un título que nos apasionase mucho. A pesar de que la mayoría de los estudiantes nos leíamos el libro (sin mucha pasión y entusiasmo), solíamos suspender los exámenes de lectura. Las preguntas en los exámenes eran muy complejas. La gran parte de la clase teníamos la sensación de que daba igual que nos hubiésemos leído el libro o no, pues íbamos a suspender igualmente. Los exámenes se basaban en preguntas muy específicas en las que te llegaban a preguntar detalles como el color de la camiseta del protagonista en un capítulo determinado. Los profesores elaboraban las preguntas con la única intención de asegurarse de que nos habíamos leído el libro, pero para poder aprobar un examen, era necesario habérselo estudiado.

Así era imposible disfrutar de la lectura. La mayoría de libros que nos mandaban leer no eran de nuestro agrado (quizás hubiese sido mejor dejarnos decidir) y por si fuese poco, suspendíamos todos los años sus exámenes. A pesar de que esta práctica era muy frecuente en la asignatura de Inglés, también sucedió algunos años en la de Lengua Castellana. Seré profesor, o por lo menos, es en lo que pretendo trabajar en un futuro. Creo que hay que modificar la forma de abordar e incentivar la lectura en los institutos, aunque soy consciente de que en muchos institutos no se examina así la lectura. El cómo, no lo sé a ciencia cierta, pero es evidente que hay que ponerse manos a la obra.

Diego Zapata Jiménez.

 

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