COMO AGUA PARA CHOCOLATE
INGREDIENTES:
1 lata de sardinas
½ chorizo
1 cebolla
Orégano
1 lata de chiles serranos
10 teleras
Manera de hacerse: la cebolla tiene que estar firmemente picada. Les sugerimos ponerse un pequeño trozo de cebolla en la mollera con el fin de evitar el molesto lagrimeo que se produce cuando uno la está cortando…
Estimada Sra. Esquivel:
Efectivamente, le escribo esta carta para hablar sobre su bella obra Como agua para chocolate, la cual me ha dejado una huella muy profunda desde que la leí hace algunos años durante un curso de literatura en la ciudad española donde vivo, Alcalá de Henares. No se hace idea del número de veces que la nombro, pues al igual que su protagonista, Tita, soy buena amante de la cocina y siempre que preparo alguna reunión familiar o de amigos me da por pensar lo que ocurriría si también influyeran mis sentimientos y estado de ánimo en las comidas que hago, porque por muy joviales que nos podamos sentir, ¿quién no ha pasado un mal momento que le haya coincidido con el deber de tener que cocinar? Espero no llegar a pasar por el trance de la protagonista de su libro, más que nada, por el bien de los invitados...
Su historia en Como agua para chocolate es impresionante. En toda ella se encuentra un cúmulo de sentimientos que hace que el lector tome partido rápidamente por la figura más débil de su historia. A Tita, como a tantas otras muchas mujeres aún en la actualidad, se le niegan derechos fundamentales, sobre todo, el de la felicidad. Ha nacido para, como mujer que es, cuidar a su madre hasta el fin de sus días pasando a su hermana el derecho a casarse, a tener hijos y a llevar una vida a la que no logra sacar ningún rendimiento bueno. ¿Podríamos ver en su protagonista algo así como una Cenicienta del siglo XX? Tita no tiene madrastra, pero sí que tiene una madre que dispone de su vida en exclusividad.
Deseo comentarle que cuando leí su obra me llamó poderosamente la atención la forma en que combina el contarnos un drama con muchas recetas de cocina que parecen exquisitas, además de muchos remedios caseros para toda una serie de circunstancias que se le puedan a uno presentar.
Aunque un poco tarde, le doy mi más enhorabuena por haber tenido tanta valentía como para plasmar en su obra una triste realidad en la que aún viven muchas mujeres en estos comienzos del siglo XXI.
Con todo mi afecto,
Elisa Nuez Patiño.
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