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LIBRO IMPRESO VERSUS LIBRO DIGITAL

LIBRO IMPRESO VERSUS LIBRO DIGITAL

¿Hasta qué punto merece la pena renunciar a lo "auténtico" por "comodidad"?

Decimos que los libros electrónicos son mejores que los impresos porque son más manejables, porque contienen una infinidad de opciones a pesar de lo poco que "abultan"; también decimos que en un libro electrónico podemos hacer todo lo que se puede hacer en un impreso: subrayar, marcar la página, hacer anotaciones, etc. 

Me he bajado al móvil una aplicación para pintar. Es una competente aplicación que simula bastante bien el trazo y los colores. Diría que es bastante cómodo, no me gasto dinero en materiales para pintar, no mancho ni ocupo espacio efectivo y puedo hacerlo en cualquier momento. Es cómodo, sí. Pero no siento apenas nada al pintar. No siento inspiración creativa alguna, no me absorbe, no me apasiona... y, sin embargo, es más cómodo y más económico.

Vamos a una tienda y en cuanto nos acercamos a las vitrinas sentimos la necesidad de tocar lo expuesto -y ya si hay un cartelito tipo "no tocar", la necesidad se vuelve imperiosa- aunque no vayamos a comprar nada, aunque no seamos unos expertos en texturas. Podríamos decir que es una característica nuestra como seres humanos: necesitamos tocar, sentir las cosas. Existe una relación directamente proporcional entre tocar -tocar "de verdad"- y sentir.

Llevamos más de una década en la que nuestras relaciones pasan de ser "de carne y hueso" a ser virtuales -chats, redes sociales, videoconferencias, etc.-. "Es más cómodo, más rápido, más económico". Sí, y no obstante, nuestras relaciones son cada vez menos profundas, sacrificadas o duraderas. Somos más individualistas y estamos menos dispuestos a hacer favores, porque eso nos fastidia nuestra comodidad, nuestro hábito de tomar atajos ante la vida. Sufrimos "la insoportable levedad del ser" porque la carga, que nos llevaría a vivir la vida a ras del suelo, a experimentar vivencias auténticas, de claroscuro, de costes de oportunidad, no es cómoda ni es económica. Será por eso que las relaciones más tormentosas son las que calan hasta los huesos...

Alexandra Ignat Macsutovici.

3 comentarios

Isabel -

Muy bueno, Alex, muy bueno el último guiño, sobre todo...

Alexandra I.M. -

La mayoría de las historias se retratan desde la perspectiva del protagonista bueno, valiente, honrado, en definitiva, desde la perspectiva moralista que se quiera plasmar, llevando la voz cantante las virtudes. Hace tiempo leí un libro que estaba narrado desde los actos y pensamientos del “malo” -llegando incluso a empatizar con él, pero esto no viene al caso-.

A donde quiero llegar es a lo siguiente: ¿qué mejor manera de refutar algo, si no desde sus adentros? Claro que yo también soy “de las tuyas”, y que incluso poniéndome en la piel de los que adoptan lo contrario, cada una de las “excusas” que se pueda argumentar a favor del libro digital, se caen como piezas de dominó.

Y sí, yo también tengo un especial cariño a Kundera y a su arte de “hacer cuadros con palabras”... :)

Isabel -

Tu texto es de claridad meridiana, Alex, si bien disiento del comienzo "Decimos que los libros electrónicos son mejores..." pues pienso que generalizas demasiado al englobarnos a todos en esa introducción. Tal vez un, "Muchos piensan que..." o si me apuras, "Una gran mayoría..." porque yo no me identifico con esa aseveración. Necesito ver, tocar, sentir mis libros, que me rodeen, saberlos ahí y poder anotar con un lápiz al margen... y volver a ellos cada vez que quiera.
¡Ah!, me ha gustado encontrar a Milan Kundera paseando por tus letras. ¿Conoces su "Historia de los amores ridículos"? Es curiosa, diferente, a ratos, divertida y nos muestra un punto de vista de este autor que, en el libro anteriormente citado, no nos hubiéramos imaginado.

Un abrazo...