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LECTURAS EXPUESTAS

LECTURAS EXPUESTAS

Desde la revolución industrial la población se ha manifestado sobre las injusticias, ya fueran políticas, económicas o culturales, en pro de una sociedad más justa, más abierta y evolucionada, en definitiva, mejor. La población ha salido a la calle, ha luchado para conseguir objetivos, a riesgo de ser herida o asesinada, con un fin tan simple como una sociedad mejor. Generalmente lo ha hecho mediante la exhibición pública de la opinión de un grupo activista, mediante una congregación de las calles, a menudo en lugares y fechas simbólicas asociadas con esa opinión. Su mayor propósito es mostrar que una parte significativa de la población está a favor o en contra de determinada política, ley, persona, etc.

Todos hemos estado alguna vez en una manifestación llena de gente, gritos, canticos pegadizos y lo que nos ha traído a este post, pancartas. Una pancarta es un cartel informativo o propagandístico confeccionado normalmente en tela o plástico u otro material en horizontal o vertical, que lleva escritos o impresos mensajes reivindicativos. Y, ¿qué tiene de especial un trozo de tela o cartón con un texto mínimo? Esos pequeños textos son pegadizos, son claros y con mucha sencillez e ironía, son capaces de transmitir un mensaje muy claro. Estos se suelen basar en repeticiones, rimas e ingeniosos juegos de palabras para expresar un mensaje y, muchas veces, llamar la atención de la prensa o, en la actualidad, las redes sociales.

En España somos gente caracterizada por un sentido del humor muy particular y muy interesante y esa mezcla de reivindicación, humor y picardía lo encontramos, por ejemplo, en las pancartas del 8M, una manifestación que cada año convoca a más y más población en búsqueda de la igualdad de géneros y el fin de la sociedad patriarcal. Por ejemplo, en la pancarta que encabeza este post vemos dos palabras clave: «Individualmente» y «colectivamente». Estas palabras, que son en sí opuestas, quieren manifestar la relación necesaria que se debe dar entre lo individual y lo colectivo para que el Feminismo pueda ser efectivo, siendo así un texto sencillo y con un mensaje claro. En otra pancarta cuyo mensaje es «Hasta los ovarios de tantos cojones» se emplea la comparación de la ya conocidísima expresión «Hasta los cojones» o «Con dos cojones», que pretende recalcar la hombría y la masculinidad, con los ovarios, para así equiparar y poner al mismo nivel lo femenino. Otra expresión común de esta manifestación es la de «Ni michismi ni feminismi», con la que se trata de ridiculizar la expresión «Ni machismo ni feminismo» dicha en muchas ocasiones por hombres y mujeres que no son partidarios de este movimiento, y que equipara, erróneamente, ambos conceptos.

Irene Quevedo.

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