LA LECTURA EN ESPAÑA
La literatura es considerada una de las principales actividades de entretenimiento en nuestra sociedad según los datos proporcionados por el Gobierno en el documento «El sector del libro en España» (Punto seis: la lectura en España). En este se muestra que los españoles leemos una media de 13 libros anuales, dos más que hace cinco años, y dedicamos una media de 7,6 horas semanales. Esta actividad es realizada principalmente en los hogares donde se considera que hay una media de 227 libros.
En menores de edad, los estudios realizados por la Federación de Gremios de Editores en España muestran que ocho de cada diez familias (83,6%) leen a sus hijos menores de seis años, lo que supone un incremento en comparación con el año anterior cuya cifra era de un 75,4%. Esto puede presentar efectos positivos como, por ejemplo, una mayor dinamización de la actividad lectora y mejoría en el vínculo paterno-filial.
Como beneficios generales de la lectura a una temprana edad nos encontraríamos con la ejercitación de sus cerebros mediante la intuición y unión de la información, con ello consiguen estructurar el principio y nudo de la historia intentando, así, descifrar con anterioridad el desenlace. Además, se favorece el aprendizaje de palabras complejas (el castellano tiene casi 100.000 vocablos) con mayor rapidez y facilidad a la vez que mejoran tanto en la ortografía como en la expresión escrita. A eso se le suma un aumento en los niveles de concentración, memoria e imaginación y mejora en sus distintas áreas de interés (naturaleza, deporte, ciencias…).
Respecto a la población situada entre los 10 y 14 años, el estudio refleja que el 100% admite leer de forma regular mientras que en los jóvenes de 15 a 18 años la cifra se reduce a un 93,4%. No obstante, en estos grupos se puede observar una división entre aquellos que leen por estudios, afición o ambas situaciones. Parece que a medida que los estudiantes avanzan en el sistema educativo tienden a leer más por obligación. Sin embargo, ya en ciudadanos mayores de edad se atenúa esta situación y se observa un aumento en la lectura por ocio.
A modo de conclusión, considero que las lecturas realizadas desde los 10 a los 18 años se han visto influidas de manera notable por el sistema educativo. Por ello, es importante la unión y colaboración entre el ámbito familiar y el educativo para intentar favorecer la dinamización lectora mediante la presentación de distintas opciones de lectura que se adecuen al temario escolar, pero también que conecten con los intereses y gustos de los alumnos y alumnas. Con ello, probablemente un mayor porcentaje del alumnado se sentiría más estimulado y se reforzaría su interés por la lectura.
Fuente: https://www.federacioneditores.org/img/documentos/210220-notasprensa.pdf
Noelia Martín López.
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