ALLÍ DONDE HABITA EL OLVIDO
Con este título y de la mano de Luis Cernuda y Joaquín Sabina trasladémonos a un rincón olvidado, a un lugar escondido o mejor dicho enterrado, donde absolutamente nadie quiere estar: allí donde habita el olvido. Viajemos a la prisión de Soto Del Real, de Aranjuez, de Estremera, de Alcalá Meco. Imaginemos por un momento estar allí, encarceladas, dentro de cuatro paredes grises que nos arrebatan con agresividad la libertad, el aire y hasta la vida. Pensemos cómo sería ocupar el lugar que nadie quiere ocupar y caer en el paraje más sombrío del mundo. Creamos estar allí, en la cárcel, y que esta vez no sea un juego como el de «la oca» o el «Monopoly», que ahora verdaderamente estemos allí escuchando cómo las mismas presas llaman a su hogar el «cementerio de los vivos» ...
No hace falta imaginar mucho más allá para que se nos erice el corazón, ni tampoco para encontrar en esa franca metáfora una gran verdad, porque la muerte no llega con la vejez sino con el olvido. Y es que ellas están olvidadas, ellas ya no están, ellas ya no son. Allí no hay ni tan siquiera sitio para la atazagorafobia, porque incluso el derecho a tener miedo les han quitado. Para muchos no son más que una piedra sepultada merecidamente entre las malas hierbas de la vida. Y es así, en medio de este paisaje sobrecogedor donde brota la iniciativa solidaria: «A las olvidadas» de la mano de Teta&Teta. Un espacio de coworking apoya este original proyecto feminista, cultural y poético que pretende rescatar los recuerdos y aliviar las condenas de cada una de las reclusas.
Para no desentonar con nuestra «fascinante» sociedad machista, el sistema penitenciario está diseñado para los hombres y los módulos de mujeres mezclan, por falta de espacio, a las mismas sin distinción de condena, situación o edad. Y aunque ya bastante tiene una con lo que no tiene, como diría María José Martin, no son únicamente esclavas por su falta de libertad, sino que también se someten al incesante remordimiento de abandonar todas las cargas familiares que sobre su espalda se ciernen por ser mujer.
La morfina que permite mitigar el abandono que invade el corazón de las presas son los libros. A cada centro las voluntarias acuden con cientos de obras literarias, colmadas de dedicatorias que buscan ser el abrazo de quien a extramuros se acuerda de su existencia, las valora como persona y cree en su inclusión. Las palabras dedicadas no solo humanizan a la lectora de dentro, sino que también posibilitan que las de fuera reflexionen y empaticen con la iniciativa, desbloqueando encuentros con uno mismo que suelen permanecer encerrados por ser incómodos o despertar sentimientos no convenientes para nuestro rol dentro de esta sociedad individualista. Los libros les devuelven las alas que el sistema les cortó y les permite viajar más allá del horizonte que desde las rejas pueden otear. La magia de la lectura les permite escapar y soñar con un mundo distinto, un mundo más justo y, en definitiva, mejor.
Existen las mujeres valientes, existe el talento y existe la sororidad, solo hace falta apoyarla para que las semillas germinen y esta iniciativa siga creciendo. Cada libro regalado supone subir un escalón más en este apasionante proyecto y cada dedicatoria un intenso latido en el corazón del futuro. Gracias a quien lucha por que esta idea salga adelante y ánimo a quien sienta la inquietud de colaborar con la causa, porque el camino es más fácil si lo recorremos juntas.
Para saber más sobre el proyecto Teta&Teta: http://www.tetaandteta.com/
Aurora Martínez
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