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El legado de los libros

El legado de los libros

María era una niña curiosa y soñadora que pasaba horas y horas leyendo todo tipo de libros. Desde que aprendió a leer, se enamoró de las historias y los mundos que se abrían ante ella en cada página. Cada noche, se acurrucaba en su cama con un libro en las manos, dejando que las letras la transportaran a lugares mágicos y aventuras emocionantes.

Un día, mientras caminaba por la calle, vio una pequeña librería en la acera de enfrente Se acercó con curiosidad y encontró una nota pegada en la puerta que decía “Toma un libro, deja un libro”. María sonrió y entró en la biblioteca, donde descubrió una gran variedad de libros de todo tipo y género. Se quedó maravillada al ver tantos libros aguardando su lectura.

Desde ese día, María visitaba la biblioteca cada vez que podía, intercambiando libros y descubriendo nuevas historias que la hacían soñar despierta. A medida que crecía, su amor por los libros y la lectura crecía con ella. Los libros la habían llevado a mundos que nunca hubiera imaginado y a conocer personas que no pudiera haber conocido en el mundo real, y estaba agradecida por cada palabra que había visto en sus ojos.

Con el tiempo, María decidió que quería compartir su amor por los libros con otros. Abrió una pequeña librería en su ciudad natal, donde los amantes de la lectura podían reunirse y explorar nuevos títulos. Ahora, María se sentía más feliz que nunca, sabiendo que había encontrado su verdadera pasión gracias a esos libros.

Un día, decidió colgar en el escaparate de su librería un cartel como el que había visto cuando pequeña, hacía tanto tiempo. Al poco, un pequeño niño entró en el establecimiento con un libro en la mano y lo depositó en el mostrador sonriendo. María se preguntó si aquella sonrisa sería la misma que vieron en su propio rostro en aquella librería años atrás.

Jorge Navidad Espliego

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