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EL TALLER DE LOS LIBROS PROHIBIDOS. OLALLA GARCÍA.

EL TALLER DE LOS LIBROS PROHIBIDOS. OLALLA GARCÍA.

La novela El taller de libros prohibidos recrea el mundo del libro en el siglo XVI a través de una excelente ambientación. En ella, además de entremezclarse personajes reales y ficticios, se incluyen datos históricos relacionados con la imprenta y la expansión del comercio librero que acompañan lo visto en la asignatura a lo largo del curso. Es por ello que esta relación entre figuras históricas y hechos confirmados evidencian un gran y elaborado trabajo de investigación de la autora, que le permite conformar, así, un marco cultural y cronológico muy preciso.

(…) Hay en estos reinos muchos libros, en latín y en romance y otras lenguas, que contienen herejías, errores y falsas doctrinas sospechosas y escandalosas y muchas novedades contra nuestra santa religión y fe católica (…) y se venden muchos libros, de materias vanas, deshonestas y de mal ejemplo, de cuya lectura y uso se siguen grandes y notables inconvenientes. Y porque compete a Nos proveer en todo lo susodicho (…), y por el bien y beneficio de los nuestros súbditos y naturales, fue acordado que debíamos mandar esta nuestra carta, la cual queremos que tenga fuerza de ley y pragmática sanción.

Extractos de la pragmática dada a 7 de septiembre de 1558 por Felipe II

 

Año 1572, Alcalá de Henares.

En pleno siglo XVI, tras la consolidación definitiva de la imprenta y bajo la sombra omnipresente de la Inquisición y la estricta censura de Felipe II, la joven librera, Inés Ramírez, se ve envuelta en una investigación sumamente peligrosa: encontrar el ejemplar de un libro prohibido.

Para la joven viuda regentar el negocio familiar, simplemente por el hecho de ser mujer, es ardua tarea y, sobre todo, un cometido contrario a lo esperado. Como viuda debe vender todos los bienes o casarse con otro hombre, que se encargue del negocio en su lugar. Si bien, encontrar entre las pertenencias de su difunto esposo una misteriosa carta en clave resulta igual de intrincado. Inés conoce la lista de obras sospechosas por mandato real e inquisitorial y, como todo librero y vendedor de la época, recibe visitas de los inquisidores y se encuentra en un estado de inspección permanente. La desaparición y condena del libro prohibido, que había sido ordenada por el poder político y la Iglesia siglos atrás, así como la posibilidad de descubrir el secreto para acceder al mismo, implican una amenaza constante para la joven. Asimismo, la colaboración de Pierre Arbús en la búsqueda, al tratarse de un oficial de imprenta francés, no beneficia a su distinción y reputación como buena mujer católica. Es bien sabido que todos los extranjeros son sospechosos en materia de religión y la repentina aparición del francés en la villa no produce más que el mismo recelo.

Pero, ¿realmente son los únicos que buscan el “réprobo” ejemplar, cuya posesión es sinónimo de terrible castigo?

Aurora Rivera.

 

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