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LIBRERÍA ACQUA ALTA

LIBRERÍA ACQUA ALTA

Viajar siempre fue una de las actividades favoritas de mi familia. Cada verano, solemos hacer un pequeño viaje al lugar de Europa que más nos llame la atención. Hace cinco años visité por primera Italia, en concreto Venecia, gracias a un crucero que realizamos por el mar Mediterráneo. Recorrimos la ciudad en ferri, visitamos la Plaza San Marcos, atravesamos los puentes más conocidos de la ciudad, el Puente Rialto, el Ducal, el de los Suspiros… En resumen, hicimos todo lo que cualquier turista haría en esta ciudad tan conocida y especial.

El último día realizamos un tour, donde una chica nos enseñaba los lugares más recónditos de Venecia, aquellos sitios que todo el mundo desconoce pero que, en mi opinión, son los más especiales. Desgraciadamente no dio tiempo a acabar la visita, por lo que nos recomendó ir al sitio que habíamos dejado sin ver. Se trataba de una simple librería. Este lugar estaba bastante lejos de donde nos encontrábamos, y personalmente no me apetecía mucho recorrer media Venecia para ver una librería, pero mis tíos me obligaron. Cuando llegué me encontré con una tienda bastante pequeña, con aspecto antiguo y con libros por todas partes, que tampoco parecían muy actuales. Pero lo más curioso era que estos estaban colocados de una manera muy extraña. Había algunos dispuestos de forma normal en estanterías, otros en cajas y, por último, un gran número de ellos estaban sobre góndolas, bañeras y cajas. Me pareció muy curioso.

A los dos años volví con mis padres a Venecia y coincidió que estaba un poco inundada. Teníamos que llevar botas altas para no mojarnos y chubasquero. Pero a pesar del mal tiempo, quería enseñarles a mis padres esa tienda. Cuando llegamos recordé que estaba al lado de un canal, por lo que debido a la lluvia estaba bastante inundada. El agua nos llegaba a las rodillas. Había más bañeras y góndolas que la anterior vez, y ahí entendí la utilidad de estas. Estaban flotando por la tienda con todos los libros colocados encima de ellas, haciendo que ninguno se deteriorara. Tanto mis padres como yo nos quedamos impresionados.

En esta ciudad, los libros y la lectura permanecerán siempre a pesar de todas las inundaciones e inclemencias del tiempo.

Alea de la Parte Fresno.

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